El cierre de 2021 no ha registrado datos positivos. Más bien ha sido un ejercicio que tanto la OMT, en el orden internacional, como Exceltur, en el nacional, han calificado como una montaña rusa. ¿Cuál es la situación de lugar de Meliá Hotels International?, ¿qué volumen de negocio habéis registrado en 2021? y ¿cómo veis las expectativas y objetivos para 2022? ¿Será finalmente el año de la recuperación del sector?
El pasado 2021, en efecto, ha sido un año de altibajos, muy evidente en el primer semestre, aquejado de sucesivas olas de la pandemia y con mantenimiento de restricciones prácticamente hasta el mes de junio, pero con una recuperación bastante consistente en la segunda mitad del año, hasta que Ómicron volvió a provocar un parón y caída de las reservas. Actualmente estamos a punto de cerrar el ejercicio 2021, por lo que no podemos ofrecer datos concretos, creo que podemos esperar -en línea con el consenso del mercado- noticias positivas tanto en lo referente a los ingresos del Grupo Meliá -que se duplicaron cada trimestre hasta septiembre- como al Ebitda, dado que Meliá mantuvo una generación de Caja y Ebitda positivos desde el mes de junio, con la única interrupción del mes de diciembre, que permaneció estanco, debido al fuerte impacto de la llamada sexta ola.
Para el primer ejecutivo de Melia, nuestras expectativas para este ejercicio son de continuidad, primero, y de intensificación en la curva de la demanda a medida que avance el año, pues la evolución del Covid, de las vacunas, y la coordinación internacional parecen poder augurar un nuevo periodo de convivencia con el coronavirus, que deje atrás la disrupción de la movilidad que el mismo ha supuesto durante 20 meses y que se sume a la fortaleza de la llamada demanda embalsada o latente de la que ha hecho gala el sector.
Como siempre decimos en Meliá, debemos mantener la prudencia y seguir de cerca la evolución de los diferentes mercados, pero todo apunta a una temporada estival muy positiva para nuestros hoteles vacacionales en España, que si todo sigue sin sobresaltos podría superar la del 2019. Dicho esto, partimos de una situación sectorial muy complicada, por lo que sigo manteniendo que la recuperación plena no llegará a las empresas hasta finales de 2023 o incluso 2024, pero será una recuperación sólida de la que saldremos sin duda más reforzados.
Entre los distintos agentes del sector turístico ha irrumpido la necesidad de replantearse el modelo turístico. Global y, por supuesto, nacional. ¿En qué medida y bajo qué parámetros y objetivos creéis que debe reconfigurarse esta industria estratégica para España? ¿Será posible lograr a medio plazo reconquistar el 12,4% del PIB que ha llegado a representar este segmento productivo en la economía española?
Nuestra industria turística se mantiene en el ranking de Competitividad del World Economic Forum (WEF) como el más competitivo del mundo, pero ello no debe hacernos ignorar la urgente necesidad de transformación que tiene el turismo español, si quiere mantener este diferencial y mejorar su posicionamiento, su rentabilidad, y su sostenibilidad en el complejo entorno competitivo post-Covid. En este sentido, el sector turístico español tiene dos grandes retos globales, explica. Por un lado, la digitalización de empresas y destinos, después del “salto digital” trascendental que ha dado la sociedad durante la pandemia. Y, por otro, el desafío de la sostenibilidad, que ha dejado de ser una aspiración para convertirse en una exigencia social y regulatoria.
Pero, además, como país líder en turismo vacacional (sin duda, el que más visitantes recibe en el segmento de ocio) tenemos un objetivo específico y enorme, la reconversión competitiva y sostenible de nuestras grandes fábricas turísticas. Es decir, los destinos pioneros del litoral, que generan el 70% de los ingresos del turismo nacional, y cuya transformación no podrá acometerse sin un impulso inversor público que tire también de la inversión privada. Por ello, las esperanzas -y las demandas- del sector al Gobierno se centran (por el momento sin mucho éxito) en la aprobación de un Plan Estratégico de Reconstrucción y Transformación (PERTE) impulsado con los Fondos Europeos, a los que su sumaría la industria turística, pues ya hemos demostrado que la única forma de acometer grandes proyectos estratégicos para nuestra economía es la colaboración público-privada. Las estimaciones del sector apuntan a un coste global cercano a los 2.000 millones de euros para reconvertir destinos maduros y posicionarlos de nuevo como destinos líderes.
Fondos europeos más reformas estructurales. Con este combo, ¿será posible el impulso del turismo en España?, ¿en qué porcentaje o grado de trascendencia? En el caso de las reformas, ¿qué medidas debería contemplar el Ejecutivo en su agenda transformadora para facilitar el despegue, primero, y la consolidación, después, del turismo en el ciclo de negocios post-Covid?
Como bien indica la pregunta, otro asunto clave será las reformas estructurales que el Gobierno acometerá con ayuda de los recursos europeos, y que no hemos visto, ni por asomo, en el primer tramo de ayudas concedidas en 2021, que se han distribuido en un “menudeo” de pequeños proyectos entre cientos de ayuntamientos, y cuyo potencial transformador, multiplicador o vertebrador es insignificante o nulo.
Aunque la cantidad que España ha destinado al Turismo, un sector que representaba el 12,6% del PIB antes de la pandemia, no llega al 2,5% del total (3.400 millones de euros) es cierto que representa el montante inversor más importante en la historia del sector turístico, si bien su potencial -anticipa- se desvirtuará si no se acometen acciones o proyectos de país que prioricen la transformación digital, sostenible, y competitiva, de nuestras empresas y destinos, que son los grandes retos del turismo español. Por ello me gustaría reiterar el apoyo del sector representado en Exceltur, desde donde tendemos la mano al Gobierno de España para colaborar en la asignación más efectiva y productiva de los próximos tramos de Fondos que se distribuyan.
En cuanto a los fondos Next Generation otorgados a España, hemos solicitado estos recursos y lo hemos hecho como pensamos que debe de hacerse, en colaboración o de manera sindicada con otras empresas y otros actores públicos y privados. En su momento, presentamos varias de las llamadas Manifestaciones de Interés como paso necesario para pedir la asignación de fondos, siendo las más importantes la destinada a la reconversión de destinos pioneros del litoral, denominada Turismo de futuro, destinada a la transformación a un modelo turístico sostenible e inteligente hasta 2026; además de a la iniciativa A toda costa, dirigida a la reconversión de destinos pioneros.