Según ha explicado Rafael Domenech, el economista jefe del BBVA para las economías desarrolladas, “los datos están superando nuestras expectativas”. Según esta firma sigue sorprendiendo la evolución favorable de la economía lo que además podría estar reflejando que las reformas tomadas en los últimos años podrían estar teniendo un impacto mayor del previsto.
Y eso que el mal tono que está experimentando el comercio a nivel mundial ha pasado algo de factura a nuestras exportaciones , sobre todo cuando hablamos de los ingresos por turismo. En BBVA Research han calculado que entre un 25 y un 30% de todos los turistas que han entrado en España este año han elegido este destino por los problemas geopolíticos en otros países cercanos.
La cosa cambia a partir de enero
Para 2017 se esperan cambios significativos en una economía que irá a peor, que crecerá menos en línea con los países desarrollados del mundo, sobre todo Estados Unidos y algunos estados europeos.
En esta desaceleración influirán varios factores. Por un lado, el brexit, que va a restar cuatro décimas de crecimiento a España. Por otro lado las incertidumbres de la política española y la subida del precio del petróleo van a ser los grandes lastres.
Con todo, explican los expertos que el crecimiento del 2,3% el año que viene va a permitir al país seguir creando empleo. Entre 2016 y 2017 se espera que se generen 800.000 puestos de trabajo y que la tasa de paro se reducirá hasta el 18.2% al final de ese periodo. A pesar de este descenso en la tasa de crecimiento, los expertos de BBVA Research consideran que la política monetaria expansiva del BCE seguirá siendo positiva.
Sin embargo, en 2017 no tendremos el apoyo de una política fiscal expansiva, como ha ocurrido este año. Para este ejercicio los expertos de la entidad creen que el déficit solo se reducirá 6 puntos porcentales hasta el 4,4% del PIB (por debajo del nuevo objetivo de estabilidad) y en 2017 se espera que el déficit se reduzca hasta el 3,6% si no se toman medidas adicionales. Hay que tener en cuenta que el objetivo es que el próximo ejercicio se acabe el año con un desfase fiscal del 3,1%. “La reducción hasta ese nivel requerirá de nuevos ajustes que garanticen una corrección duradera”, explican.
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