Al final la realidad es que todas las partes implicadas tienen interés en reducir el déficit de tarifa actual, que es la diferencia entre el coste de generar energía y el precio que el consumidor final paga en el día de hoy por la energía que consume. Hay que recordar que ese déficit de tarifa lo termina pagando el consumidor, se trata simplemente de un diferimiento en el tiempo, por eso es necesario revisar ambos lados.
No podemos olvidar que de todo el negocio de Iberdrola sólo el 20% de su EBITDA se ve afectado por este riesgo regulatorio, los precios actuales ya han descontado el peor de los escenarios desde nuestro punto de vista.
Otro de los riesgos que tiene el valor es el exceso de deuda
Como puntos fuertes, por un lado esperamos que los resultados del segundo trimestre muestren un crecimiento tanto en la generación de España y Energy East. A nivel operativo veremos un buen comportamiento en todas las divisiones salvo en ScottishPower por una reducción en los márgenes.
La diversificación que ha llevado a cabo la compañía le da a la inversión un carácter defensivo y, además, en los últimos meses, hemos vuelto a ver como ha resurgido la idea por parte de ACS de aumentar su participación en la eléctrica.
Otra de las razones de inversión es la rentabilidad por dividendo actualmente en un 6.48%.
Desde principio del ejercicio Iberdrola ha caído un 21,10% mientras que el sector europeo de utilities ha caído un 10,77%, por lo que esperamos que en los próximos meses ese gap se vea reducido de forma significativa.