Los bonos corporativos tienen rendimientos inferiores, en relación a la deuda pública, que en cualquier otro momento desde mediados de 2007. En el segmento sub-investment grade del mercado que alberga los bonos con mayor riesgo de crédito, los rendimientos están por debajo de 4,0% en Europa y acaban de alcanzar mínimos históricos en el mercado de high yield norteamericano. Nos estamos acercando a un escenario en el que la tasa de crecimiento del PIB nominal está situándose, en muchas economías, por encima del nivel actual del rendimiento de los bonos. Se trata de una situación que normalmente no dura mucho tiempo. Si la economía mundial continúa recuperándose, y el crecimiento se fortalece, entonces los bonos están muy caros.
Sin embargo,
Dado que las valoraciones son abultadas y el sentimiento hacia la renta fija sigue siendo, en general, positivo resulta prudente tratar de entender qué es lo que podría generar pérdidas. ¿Qué podría suceder que hiciera subir los rendimientos de los bonos y estimulase algún tipo de reversión en los mercados de renta fija, quienes han estado comportándose por encima de su media durante cierto tiempo? Un riesgo clave son claramente los tipos de interés. En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra ha expresado su sorpresa de que los mercados no hayan asimilado una mayor probabilidad de que los tipos de interés puedan subir antes de finales de 2014. Nuestro pronóstico es que los tipos subirán en noviembre en Reino Unido. En Estados Unidos las perspectivas son mixtas. La economía está avanzando lentamente, de manera justificada, hacia un escenario de tipos más altos, pero la Reserva Federal quiere estar absolutamente segura, lo que significa que los tipos se mantendrán en un futuro cercano. Aquí cuestión radica en si la Fed de Janet Yellen está esperado demasiado tiempo, y los rendimientos de mercado suben rápidamente antes de cualquier cambio en la postura oficial.
Vemos otros riesgos que, si se materializan, podrían dar lugar a un período de "risk-off" en los mercados. Algunos riesgos geopolíticos se reflejan en los precios de la energía, siendo evidentes la situación en Oriente Medio y el potencial deterioro en Ucrania. Los precios globales del petróleo ya han comenzado a subir y hemos visto muchas veces en el pasado que esto puede tener un rápido impacto en las condiciones económicas globales. También estamos monitorizando de cerca la economía china, y consideramos que la reciente debilidad en los precios de los inmuebles residenciales domésticos, y en las ventas de viviendas, constituyen un riesgo clave para el despegue del crecimiento chino. Ya hemos visto antes cómo los shocks en el crecimiento chino pueden afectar al sentimiento global de los inversores.
Ninguno de estos riesgos se ha materializado todavía. Mientras tanto, la búsqueda de rentabilidad y los motivos regulatorios para poseer bonos sigue impulsando la demanda. La revisión de nuestra estrategia de inversión nos lleva a preferir activos, o mercados con limitado riesgo de tipos de interés, como son los bonos de alto rendimiento y el crédito euro con grado de inversión y los bonos ligados a la inflación; dado que solo se ha descontado muy poca inflación. Por el contrario, creemos conveniente reducir la exposición a los bonos gubernamentales de países que tienen mayor riesgo de ver subidas en los tipos de interés, en concreto Estados Unidos y Reino Unido.
Por último, damos la bienvenida a las últimas iniciativas del BCE y a la señal inequívoca que ha lanzado al mercado de que los tipos estarán próximos a cero por un período muy largo. Esto respalda, aún más, los buenos rendimientos de los bonos gubernamentales del sur de Europa, así como la deuda bancaria europea y los productos más parecidos a la renta variable como la deuda corporativa subordinada emitida, por ejemplo, por empresas de servicios públicos. La deuda pública española e italiana pronto podrían estar cerca de los 100 puntos básicos de la deuda alemana. Hace solo dos años que el Banco Central Europeo se comprometió a salvar al Euro. Esta promesa ha sido muy buena para los inversores en bonos. Por lo menos para Europa, la fiesta de la renta fija debería continuar.