Dicen en los mentideros de Wall Street que el rally de Navidad “había estado hibernando como poco” en el caso del tecnológico Nasdaq OMX y los valores que lo incluyen, desde los colosos tipo Apple a los más pequeños, aunque punteros del sector de la innovación.
Y es que mientras diciembre resultaba a la postre positivo tanto para DOW JONES Ind Average como para S&P 500 lo cierto es que los valores tecnológicos terminaban de cerrar un círculo concéntrico negativo, que llevaba al indicador a su peor diciembre en toda su historia, incluso superando las malas cifras que rozaron el doble dígito en 2022 o el también muy negativo de 2018. El 10,7% a la baja lo dice todo en su desempeño.
Con ese bagaje nos acercamos a las impresiones que recoge The Stack sobre los grandes inversores y las principales firmas de análisis sobre el sector en este recién iniciado 2023. Si las caídas de precio fulminantes en algunos casos se han convertido o no en oportunidades reales de compra de algunos valores que se consideraban sobrevaluados por parte de los expertos del sector.
Desde Apollo, una de las gestoras más importantes del mundo con activos que superan los 523.000 millones de dólares en su administración fija su atención en uno de los factores que más afecta al sector: la inflación y las pocas probabilidades que existen de tener una expectativa fidedigna sobre su evolución futura.
Consideran que ni los bancos centrales ni los principales economistas han podido estimar con precisión la evolución de los precios para los próximos 18 meses, debido sobre todo a los impactos exógenos, desde la pandemia a la guerra de Ucrania, que han desconcertado a los modelos de estimación que más acertaban en sus previsiones. De ahí que, sin conocer la potencialidad de los precios no se fijen en el sector tecnológico, porque la inestabilidad y la volatilidad no son de fiar para los inversores.
Desde BlackRock consideran que la actuación de los bancos centrales está afectando demasiado a la economía, y no acudirán al rescate del crecimiento, a pesar de que eso es lo que los inversores esperan. De modo que creen que las valoraciones de las acciones aun no reflejan el verdadero daño que se avecina, en un entorno geopolítico de mayor tensión desde la Segunda Guerra Mundial. Todo en contra, por tanto, del sector tecnológico. Así lo considera el mayor gestor del mundo, con 7,9 billones de dólares en activos bajo su gestión.
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Pero no todo es negativo, ni mucho menos. Más favorable al sector tecnológico se muestra Citi, que ve un potencial repunte indicando que la tendencia de la digitalización es imparable en el ejercicio recién iniciado. Y lo que ven como peligro Apollo y BlackRock, desde Citi se vislumbra como una oportunidad para generar exposición de los inversores a largo plazo, eso sí mirando con lupa los sectores y los valores.
Así, la firma estadounidense destaca entre sus apuestas la robótica, los semiconductores, la automatización y el metaverso, mientras vislumbran también posibilidades en áreas como la seguridad cibernética y las fintech. Eso sí con atención entre lo que considera una guerra comercial tecnológica de larga duración entre Estados Unidos y China que puede revertir en riesgos de la cadena de suministros.
Para Deutsche Bank la mirada de inversión respecto a la tecnología es a largo plazo, con visión en tres sectores en los que pondera en su influencia, con el cuidado de la salud y la transición energética, para centrarse en algo más específico, tecnológicamente hablando: ciberseguridad, movilidad inteligente e inteligencia artificial.