En el caso de España, los CDS a día de hoy se sitúan en máximos históricos llegando a los 518 y los italianos a 438. Por otro lado, la rentabilidad del bono español a diez años se situaba en el 6,1%. Estas cifras son preocupantes y ciertamente no sostenibles a largo plazo en un país deficitario en cuenta corriente. Ahora, a estos problemas se le añaden ajustes mayores como la reducción del déficit público al 5,3% o recortes en sanidad y educación que lastran el crecimiento del país y el consumo privado.
Esta semana, se presentan dos citas claves con dos subastas de deuda: una el martes con emisiones de letras a 12 y 18 meses (con rentabilidades esperadas de del 2,6% y 2,8%) y otra el jueves con la colocación de bonos a 2014 y 2022 cuyas referencias cotizaban el viernes a 3,62% y 5,96% respectivamente. Sin duda, ofrecen rentabilidades atractivas para el inversor, pero hay que valorar una serie de circunstancias a la hora de invertir en países con problemas de financiación. Hay que tener en cuenta que los efectos de la barra libre de liquidez por parte del BCE comienzan a diluirse y la alta demanda por parte de los bancos de deuda soberana es posible que empiece a reducirse. Esta circunstancia hace que sin nuevas ayudas por parte del Banco Central Europeo, nuestro país vuelva tener problemas para captar financiación y creemos que este organismo debe actuar si no quiere que se intensifique el problema de sobreendeudamiento de los gobiernos de la periferia. Aunque creemos que no es altamente probable un escenario de quita, no se debe descartar esta posibilidad si no se ofrecen estímulos monetarios por parte de las autoridades europeas, ya que a medida que se incrementan los ajustes, menor es la capacidad de generar ingresos aunque sea mayor la de frenar el gasto.


Desde Aspain 11 seguimos prefiriendo estar en deuda de empresas con buenos fundamentales y con rentabilidades atractivas a situarnos en deuda de Estados que están en este momento en boca de todos los inversores. Por otro lado, también preferimos estar invertidos en compañías con rating “investment grade” o algunas “high yield” que en deuda del gobierno alemán o de EEUU, cuyas rentabilidades son muy bajas y preferimos diversificar la cartera y rebalancearlas de modo que sean capaces de aguantar los envites del mercado. Esto se puede lograr eligiendo diferentes activos entre los que se encuentran fondos de inversión, que a pesar de invertir en estos países, obtienen rentabilidades mayores al estar su cartera diversificada por zonas geográficas o por tipo de inversión. Por ejemplo un fondo como el Carmignac Securité con un buen track record y que invierte no sólo en bonos del gobierno alemán, sino también en empresas privadas y cuyo objetivo es la búsqueda de una rentabilidad regular con la preservación del capital. Si queremos invertir en bonos high yield y estar menos expuestos a los vaivenes europeos, preferimos un fondo como el Janus High Yield A EUR ACC que se posiciona principalmente en compañías estadounidenses. Para diversificar todavía más la cartera y entrar en deuda de países emergentes donde los tipos de interés son más altos que en Europa, podemos optar por el Pictet Global Emerging Debt, teniendo en cuenta que la volatilidad en estos mercados es algo mayor. Y ya puestos a combinar renta fija y privada o estrategias alternativas, hay fondos interesantes como el M&G Optimal Income o el Legg Mason Western Multistrategy.


Creemos que las carteras deben estar equilibradas y no es aconsejable empezar a sobre ponderar de manera desmesurada sin antes haber hecho un análisis pormenorizado de los riesgos que conlleva.
Hay que tener en cuenta a la hora de invertir en renta fija, que los tipos de interés no permanecerán tan bajos eternamente, dado los posibles repuntes de la inflación cuando las economías comiencen a recuperarse. Una combinación de estrategias nos parece la más adecuada, entrando por partes y vigilando los mercados de renta variable donde hay empresas que cotizan por debajo de su valor en libros o con PER bastante reducidos.
Estamos viviendo momentos históricos y si sabemos aprovechar las oportunidades que se nos presentan, podemos empezar a crearnos una buena cartera de largo plazo y no limitarnos sólo a Europa o España, si no que hay zonas geográficas como los EEUU o países emergentes como China, India o Brasil cuyas perspectivas de crecimiento a corto-medio plazo son más halagüeñas que en los mercados locales.

Desde Aspain 11 creemos que lo importante de una cartera es controlar su riesgo, diversificarla y adaptarla a cada cliente formando un traje a medida, intentando proteger sus inversiones si los mercados caen y aprovechar las tendencias positivas, eligiendo para ello los activos que pensamos lo harán mejor de acorde a las expectativas futuras de la economía.