Mientras el resto del mundo gastaba, el chino ahorraba. Ahora ya no es el invitado al festín sino el que pone la casa y la comida mientras el resto se dedica a la fiesta y, como suele ser normal, no tienen con qué pagarla después. Todos dicen que la siguiente crisis será la crisis de la deuda porque ¿alguien se imagina cuanto dinero en papel hay circulando por el mundo? Alguna vez habrá que pagar y reducirla. La contabilidad es como la de una familia, tanto gano y tanto puedo gastar, si gasto más de lo que gano me endeudo, pero no indefinidamente. Algún día tendré que pagar y eso es lo que puede pasar más pronto que tarde, NO PODEMOS GASTAR MAS DE LO QUE GANAMOS, O PRODUCIMOS, POR QUE SIEMPRE HABRÁ UN ACREEDOR QUE NOS MARCARA LA RUTA Y NOS ESTRANGULARÁ CUANDO ÉL QUIERA
En una negociación siempre hay zonas de negociación, propiamente dichas, en las que las partes hacen comprender lo que es negociable y lo que no lo es. A China le interesa que la economía del resto de mundo funcione adecuadamente para que su economía pueda seguir engordando las arcas de su estado, eso es una espiral que centrifuga todo. En resumen, un equilibrio de terror o terrorífico como queramos llamarle, es como entrar en una rotonda de la que no se puede salir y se sigue pegando vueltas mientras se da uno cuenta que se acaba el combustible.
Las políticas encaminadas a revaluar el yuan no conducen a nada porque no hay chino de a pie que le hagas comprender que revalué su moneda para que le debamos menos, es como si al banco le comentáramos que nos perdonara parte de una deuda contraída. Ahora nos hemos dado cuenta que la época esplendorosa de despilfarro ha llegado a su fin y nos encontramos con el dueño y señor del banco, el accionista de la empresa para la cual trabajamos y el que nos suministra y nos proporciona casi todo es chino, y hay que pagarle, porque puede que no nos admita pagares, ya que se los hemos renovado varias veces.
Este poderío económico va paralelo a otro no tan poderoso que va impregnando las economías de los países occidentales y es la pura explosión demográfica china en el resto del mundo. No hay población, por pequeña que sea, donde no haya un comercio, restaurante o negocio regentado por personas de nacionalidad china. Es como una mancha de aceite que va ocupándolo todo. Sus hábitos de trabajo, su laboriosidad no tienen nada que ver con la cultura occidental, en la actualidad no tienen competencia en ese sentido, sus formas de vida no cabe ninguna duda que también se verán influidas por las culturas de los países donde se asientan y es posible que produzcan un mix no reconocible en la actualidad.
El poder económico está en el trasfondo de toda política practicada por los países y sus intereses se defienden en primer lugar por su mediación.
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RAFAEL MONTAVA MOLINA
Consultor de Empresas
rafaelmontava@hotmail.com