Endesa ha destacado en un comunicado que cierra los nueve primeros meses del año “reafirmando la resiliencia de su modelo de empresa verticalmente integrada para encarar un contexto de mercado aún más deteriorado respecto al del primer semestre”.
En concreto, el estallido de la guerra en Ucrania y el repunte de precios de las materias primas energéticas, singularmente el gas, ha llevado a este combustible a cotizar un 236% más caro entre enero y septiembre respecto al mismo periodo de 2021. Como consecuencia, el coste medio de la electricidad en el mercado mayorista ibérico de enero a septiembre ha crecido un 137% interanual, hasta los 186 euros/MWh. Con ello, el año 2022 marca los precios más elevados de la historia. Los principales mercados europeos, que no cuentan con la medida del tope al gas, están registrando precios medios más elevados: Francia (297 euros), Alemania (250 euros), Italia (324 euros) o Reino Unido (255).
Poniendo el foco en el tercer trimestre del año, el precio medio del pool eléctrico en la Península Ibérica (incluyendo el coste de la compensación por el tope al gas) se situó por encima de 300 €/MWh, más de un 150% más que en el mismo trimestre de 2021. Un nivel de precio influido de manera decisiva por el pico histórico registrado en el índice europeo de referencia en el gas (TTF) a finales de agosto (por encima de 300 €/MWh).
La aplicación de la excepción ibérica ha permitido, pese a todo ello, mantener los precios eléctricos bajo control en comparación con los niveles promedio alcanzados en los citados mercados europeos, que han marcado registros históricos debido al alza del gas: Alemania (375 euros MW/h), Francia (429 euros), Italia (472 euros) y Reino Unido (345 euros).
En cuanto al comportamiento de las principales magnitudes económicas, Endesa ha obtenido un ebitda (beneficio bruto de explotación) de 3.472 millones, un 11% superior al del primer semestre del año anterior en términos comparables. Es decir, excluyendo el impacto positivo extraordinario derivado de la venta del 51% del negocio de movilidad eléctrica a su matriz, Enel, en abril pasado. Teniéndolo en cuenta, el ebitda asciende un 19%.
El beneficio neto ordinario, que es el que sirve de base para el reparto del dividendo, aumenta un 0,7%, hasta 1.469 millones, lo que lo sitúa en línea con el obtenido en el mismo periodo de 2021. Esos 1.469 millones no incluyen el impacto neto extraordinario de la operación de venta del negocio de movilidad eléctrica por valor neto de 182 millones. El beneficio neto consolidado, que sí la incluye, crece un 13% hasta final de septiembre.
La deuda neta de la compañía alcanza los 11.149 millones de euros, lo que supone un alza de 2.343 millones respecto al cierre de 2021. Aumento que se explica por el volumen de las inversiones (1.583 millones, inversiones con criterio de caja, sin cambios respecto a sept 21), el pago de dividendos sobre 2021 (1.532 millones), compensados parcialmente por el flujo libre de caja de 600 millones logrado en los nueve primeros meses del año
La ratio de apalancamiento (deuda neta respecto al ebitda) se sitúa en 2,3 veces, desde las 2,1 veces a junio de 2021. El coste de la deuda se mantiene bajo, con un interés medio del 1,1% (cuatro décimas menos que a cierre de 2021).
Las cifras de deuda bruta muestran por su parte el impacto de la volatilidad extrema vivida en el tercer trimestre en el mercado internacional del gas, situándose en 21.000 millones desde 14.300 millones a final del primer semestre. Las garantías (conocidas como colaterales) exigidas en los mercados organizados de gas para cerrar por adelantado los contratos de compra se han disparado y son la clave de esta alza.