¿Creen que en este momento de tanta volatilidad el acercamiento más adecuado a la renta variable es de una manera flexible?
Si, para nosotros está claro porque aún nos falta mucha visibilidad sobre la evolución del virus y hay una posibilidad de un rebrote en invierno, y todavía queda tiempo para tener una vacuna. Por otro lado, está claro que los paquetes de ayuda por parte de los bancos centrales de tal magnitud jamás se han visto, pero son pocas las empresas las que están apoyando esta subida de la renta variable desde los mínimos de marzo. Lo que vemos es que algunas compañías del sector salud y tecnológicas se han visto beneficiadas con el tema del virus. Estamos en máximos históricos de valoración y esto llama a tener algo de cautela. Además, hay otros sectores como telecomunicaciones o automóviles que tienen sus propios desafíos. Por eso pensamos que tecnología, salud...seguirán beneficiándose de tendencias de largo plazo. También los sectores industriales pueden estar respaldados por la recuperación económica y las medidas de ayuda de los bancos centrales. Pero aun así vemos cierta fragilidad, por eso creemos que hay que mantener cierta cautela. Además, cuando leemos el último informe a gestores de Bank of America, se ve que 3 de cada 4 gestores piensan que el sector más saturado es el de la tecnología en EEUU y acciones de crecimiento y lo cierto es que nunca, los profesionales de la gestión, han estado tan de acuerdo en esto. Esto indica que en vez de estar totalmente invertidos en renta variable, sería recomendable tener un acercamiento más flexible.
¿Piensan que tras la recuperación que hemos visto en abril y mayo en los índices nos adentramos en un momento de consolidación de precios?
Sí, porque nos encontramos en máximos históricos, sobre todo en los índices norteamericanos. Y eso a pesar de que el contexto sigue siendo bastante incierto. Además hay elecciones y si el candidato demócrata gana las elecciones, habrá sectores favorecidos pero ha hablado de mayores impuestos, lo que podría ser un jarrón de agua fría sobre la renta variable norteamericana. A los mercados no les gusta la incertidumbre y es complicado saber cuál será el impacto en algunos sectores. Además, en Eurizon creemos en la regresión a la media, es decir una vuelta hacia la media histórica en las valoraciones de la renta variable. Y las valoraciones desde 1880 en renta variable están en máximos, recuerdan a los niveles previos a la explosión de la burbuja puntocom. Es importante tener una cierta cautela y de hecho, cada vez se ven más artículos y análisis que hablan de la brecha entre economía real y mercados financieros. Todo esto tendrá un impacto, es verdad que tardará en venir, hay tipos negativos y esto está dando bastante alas a las bolsas, pero esto no puede seguir eternamente.
Tienen un fondo mixto flexible como el Eurizon Fund Azioni Strategia Flessibile que cumple este 2020 diez años... ¿Cómo definiría este fondo y qué lo hace especial frente a la competencia?
Este fondo tiene ciertos aspectos que lo hacen interesante. El primero, se creó a raíz de la crisis de 2007-2008 donde vimos que muchos clientes querían un vehículo de renta variable pero sin asumir tanta volatilidad. Y lo que queríamos con este fondo era tener un vehículo que podría hacer frente a la “exuberancia irracional” en los mercados. Robert Shiller ganó el Nobel en 2013, conocido por sus estudios sobre las valoraciones históricas de la renta variable y para nosotros es un buen fundamento en el que basar el fondo. Intentamos crear un vínculo que ajuste la exposición a renta variable en función de la fase del ciclo en la que nos encontramos. El fondo puede tener entre 50-100% invertido en acciones. Es el fondo de más éxito en Eurizon porque es fácil entender lo que hace y cómo funciona. No tiene riesgo de duración, no tiene riesgo de divisa ni de crédito e invierte en empresas grandes, sólidas…. Varios criterios que permiten a un inversor entender bien el fondo.
El fondo Eurizon Azioni Strategia Flessibile está sobreponderado ahora mismo en deuda pública europea, ¿por qué esta estrategia?
Parece serlo pero cuando se mira concretamente se ve que es deuda de muy corto plazo. Estamos hablando de vencimientos como máximo de 18 meses. Deuda que no tiene un riesgo de duración o de ciclo económico. Preferimos comprar esto, es como mercado monetario, casi como tener liquidez. No es exposición a largo plazo, ni siquiera a medio plazo en deuda europea. Como he mencionado antes, el fondo compra dos activos. Por un lado, renta variable global e instrumentos del mercado monetario, liquidez. No tiene exposición a crédito ni otros activos. Su sencillez es uno de sus puntos más interesantes. Ni siquiera tiene el riesgo idiosincrático del gestor, porque como bien sabemos, hay muchos gestores que se enamoran de un título y lo sobreponderan. Cuando hay un problema puede provocar grandes pérdidas. El fondo tiene una equiponderación de todos los títulos, es decir, no se le da mayor importancia a Apple contra Microsoft o Iberdrola. Todos tienen el mismo peso en la cartera, minimizando los impactos en la cartera. Este enfoque disciplinado y de mantener la cabeza fría es otra ventaja competitiva que tiene el fondo.
El horizonte temporal del fondo son siete años y uno de los objetivo es no perder como máximo un 14,8%, ¿a qué tipo de inversor se dirige?
Se dirige a un inversor moderado que quiere tener renta variable en cartera pero que no necesariamente quiere asumir toda la volatilidad. Un inversor que quiere un vehículo de largo plazo. La ventaja de este fondo es que aprovecha correcciones para incrementar exposición y cuando los mercados son muy caros la reduce. Eso permite que a largo plazo repliquemos la rentabilidad histórica de la renta variable. Si analizamos desde 1880, estamos hablando de un 5% de rentabilidad anualizada, pero con mucha menos volatilidad. Si miramos marzo de 2020, un mes nefasto para la bolsa, la renta variable europea cayó un 14%, la americana un 13%; mientras que nuestro fondo cayó un 7%. Esto demuestra que el fondo es resiliente en momentos complicados en los mercados. Hablamos de siete años porque hemos visto que da igual el momento en el que un inversor entre en el fondo, que en un plazo de siete años siempre habrá recuperado su inversión del todo.
Es un fondo para un inversor moderado que quiere tener una exposición a largo plazo. No es un fondo para una apuesta táctica. Es un fondo para tener y mantener en cartera y estar muy tranquilo. Con la forma en la que lo gestionamos hemos eliminado todos los riesgos que se podían imaginar para ofrecer una inversión tranquila. ¿Por qué hablamos de una caída máxima del 14%? Queremos mostrar en el peor de los escenarios posibles, en la peor crisis, qué podría pasar. Esta cifra es pequeña en comparación con momentos de fuertes correcciones. Nuestro fondo históricamente cae un poco menos de la mitad de lo que sufren los mercados. Aunque cada caída es distinta y no se repiten los mismo criterios, el fondo aguanta muy bien en momentos complicados. Hablamos de siete años para cubrir todos los escenarios posibles. Esto toma en cuenta las grandes crisis que hemos visto, por ejemplo en 1929 hasta las crisis más recientes.