A grandes rasgos, ¿qué es y cómo funciona la psicología de mercados?
La psicología de los mercados es importante porque los mercados son psicología. No reflejan realidades o hechos y lo que ocurre en la economía, sino las expectativas que tienen los inversores sobre hacia dónde evolucionarán los datos económicos. En este sentido, un inversor, a la hora de generar esas expectativas analiza datos, y en base a ellos extrae conclusiones y toma decisiones operativas.
En ese proceso, los seres humanos normalmente utilizamos atajos mentales para tomar decisiones. Normalmente muchas decisiones son más emocionales que lógicas. Un inversor, cuando procesa y analiza los datos y toma decisiones operativas en base a ellos, incurre en bastantes trampas que su propia mente le pone o sesgos que surgen de estos atajos mentales.
En general, no es posible evitar estos sesgos, puesto que es como funciona nuestra mente, pero sí es posible conocerlos y, una vez conocidos, actuar teniéndolos en cuenta, tratando de atenuarlos lo máximo posible o incluso apagarlos, pero siempre sufriéndolos, de una u otra forma.
En la psicología de mercados podemos distinguir dos vertientes. Una serían estos sesgos que todos los inversores padecemos a la hora de invertir, saber cómo nos influyen y poder atenuarlos, lo que sería una parte más micro, más personal. Luego hay una parte macro, que se ocupa de cómo reflejan las cotizaciones de los diferentes activos estos sesgos a la hora de tomar las decisiones, puesto que se ven reflejados y provocan determinadas anomalías. Existen indicadores que nos ayudan a entender cuál es el sentimiento dominante en el mercado.
Para todo ello, tenemos la suerte de contar con todos los descubrimientos que se han hecho en el campo de las finanzas conductuales, una parte de la economía donde hay autores e investigadores que incluso han sido premiados con el Nobel, que nos ayudan mucho a la hora de entendernos a nosotros mismos, así como los sesgos y trampas mentales, además de entender a los mercados y tratar de aprovecharnos del sentimiento que reina en el mercado.
¿Cómo ha influido la psicología de los mercados en todo lo que ha ocurrido en los últimos meses?
En los periodos que son extremadamente emocionales podemos ver cómo la psicología del mercado actúa en todo su esplendor. No sólo lo hemos visto en los mercados financieros, sino que también lo hemos sufrido en nuestras propias carnes, puesto que todos hemos estado en casa y hemos sufrido el impacto de las medidas.
Yéndonos a los mercados financieros, hemos podido apreciar las dos grandes emociones: el miedo y la codicia. Por un lado, el miedo lo hemos visto en dos vertientes: al principio, en el pánico, con las primeras caídas, un pánico que llegó a ser extremo y que produjo situaciones insostenible, por ejemplo, en los mercados de crédito y la renta variable. Se produjeron momentos únicos, sin precedentes.
Por otro lado, también vimos miedo a la hora de la reentrada. El miedo no solo actúa cuando se venden indiscriminadamente todas las clases de activos que tenemos en cartera por el pánico a perderlo todo, sino también el miedo a esa reentrada. En este gran rebote que se ha producido en el segundo trimestre, que estamos hablando de uno de los mejores trimestre de la historia y, sin duda, el mejor del siglo en cuanto a rentabilidades en renta variable. Sin embargo, muchos inversores no se han aprovechado de ello por ese mismo miedo que les hizo vender en su momento.
La codicia también se ha podido ver durante el segundo trimestre, a consecuencia de esas grandes rentabilidades. Esto ha atraído a muchos inversores sin conocimiento, lo que se ha reflejado en la apertura de cuentas en brokers minoristas. Sin la formación adecuada, muchos de ellos podrían terminar perdiendo sus ahorros.
Respecto a los sesgos que comentábamos en la pregunta anterior, podemos destacar algunos que hemos visto en estos meses, como el sesgo de retrospectiva. Es una trampa mental que se refleja en ese famoso “yo ya lo sabía”. Algunos analistas advertían a principios de año de que podría haber caídas en los mercados financieros que, una vez se produjeron, han intentado asegurar que ya sabían que iban a caer, cuando lo cierto es que el hecho de que caigan no significa que tuvieran razón, puesto que no caen por los motivos que ellos decían. Si la pandemia no hubiera ocurrido, quizá hubieran tenido razón, pero el hecho es que la han tenido por motivos equivocados. Esto puede llevar a cierto sesgo de ilusión de control, es decir, que este tipo de inversores piense que tenían razón, y tengan la sensación de que pueden controlar cosas que, por su carácter aleatorio, son absolutamente incontrolables.
Todo esto puede influir también en lo que se conoce como el efecto de memoria selectiva: recordar mejor aquellas veces que hemos tenido razón, dejando a un lado todas aquellas en las que nos hemos equivocado, dejando a un lado que la razón no sea real, sino que nuestra propia mente nos hace pensar eso.
Esto nos puede llevar a un exceso de confianza en los mercados financieros, que suele terminar bastante mal. Es parecido a lo que ocurre con los conductores: todos solemos pensar que conducimos mejor que el resto.
Todos estos sesgos han influido claramente durante el segundo trimestre, y hay que tener cuidado, conocerlos, entenderlos, y tratar de atenuarlos para seguir enfrentándonos a los mercados financieros y tratar de optimizar nuestros resultados.
¿Qué vamos a aprender sobre la psicología de mercados en el Programa práctico de estrategias de inversión y trading?
En las clases veremos esas dos vertientes que comentaba, tanto la micro como la macro. En la primera analizaremos los principales sesgos y trataremos de explicar por qué caemos en ellos, y daremos las claves para intentar atenuarlos lo máximo posible. Muchas veces no será posible evitarlos, pero se puede tratar de pasar por calles que no nos lleven a estos caminos.
En la parte macro, estudiaremos los principales indicadores de sentimiento de mercado, aprenderemos a medirlos e identificar cuáles funcionan y cuáles no. Aprenderemos a entender cómo se forman estos indicadores para poder extraer lo máximo de ellos, encontrar divergencias entre ellos y entenderlas.
Además, pondremos en el contexto del sentimiento el resto de indicadores, tanto fundamentales como técnicos y macro, para ver cómo en relativo funcionan de una u otra forma o reflejan determinados sentimientos dependiendo de los niveles en los que se encuentren. Con todo ello, intentaremos extraer lo máximo del estudio del sentimiento y la psicología en bolsa para beneficiar nuestra operativa.
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