Hay dos claves: cuánto se tarda en llegar a un acuerdo y qué políticas se implementan. En el primer factor, es el punto de vista desde el que era peor una victoria de Obama porque al no haber mayoría en las cámaras la posibilidad de un acuerdo es baja, al menos hasta enero. Es probable que tengamos un período de incertidumbre adicional – al menos hasta principios del año que viene- en que no habrá una solución definitiva. Si se consiguen establecer medidas paliativas para amortiguar el impacto, será positivo.
Este año va camino de acabar siendo positivo para la renta variable, como suele suceder en años electorales. Como venimos diciendo, la clave estará en lo que suceda con el precipicio fiscal. Si se evita que la economía se desplome, se evitará un mal año de renta variable. En la medida en que el ajuste fiscal sea moderado –a ser posible en combinación con medidas de ajuste para los próximos años – podríamos apostar por un año favorable para la renta variable.
La victoria de Obama da cierto respaldo a la política ultraexpansiva de la FED. Esta victoria de Obama supone un espaldarazo para la FED., ayuda a que los tipos rentabilidad desde la deuda pública se mantengan bajos durante un tiempo prolongado anque la clave estará en la capacidad de la economía para reactivarse.