Israel Bravo, copywriter especialista en cartas de venta, es el claro ejemplo de que Internet puede abrirte muchas puertas sabiendo cómo y cuándo operar. “Permite a alguien que tiene algo que aportar hacerlo sin necesidad de grandes inversiones, de grandes contactos, ni de muchos títulos. Aquí es talento puro y todos a luchar”. Y aunque la mayoría de su trabajo lo realiza de forma online, por comodidad y por ingresos, tampoco pierde definitivamente la opción de ir a empresas de manera presencial a realizar sus cursos y charlas. “La cercanía va a tener cada vez más valor”.

Su modelo de negocio es cambiante y no toma un camino fijo. En algunas ocasiones, ha llegado a cerrar sistemas propios de membresía que le aportaban varios dígitos al mes, porque afirma sentirse más motivado por el desafío de ayudar al mayor número de personas posibles que por el propio dinero.

Para Bravo, la comunicación empresarial debe ser lo más “conversacional posible”, hasta el punto que lo pueda entender un niño de 12 años. Ya hay grandes corporaciones estadounidenses, explica, que tienen claro que el departamento más importante es el del copywriting, porque saben que “no vas a ser tan rentable ni vas a ganar tanto como puedes si no comunicas bien”.

Cuenta que para él, una lista sana es a partir de un 20% de apertura. “Si tienes una lista correo a los que escribes de manera regular y te abren de un 20% para arriba, podemos considerar que la lista está sana y aprovechable. Menos, habría que ver cómo la saneamos. Y a partir del 40%, tienes una lista extraordinariamente fiel”. Sin embargo, apunta que no es muy amigo de los datos, pero para él hay que centrarse más en el dato de las ventas que de las aperturas.

Entiende como un correo persuasivo bien escrito el que funciona como un programa de radio: tiene que ser entretenido, contener algo de información valiosa y debe tener una cuña publicitaria. “El correo es marketing de respuesta directa. Mando el correo a una base de datos de 20.000 personas y les hago reaccionar con eso”. A su vez, señala que es muy importante darle al receptor un motivo para que te lea. La idea es estar presente en la mente de la gente, y para eso también es vital la fuerza de la repetición.

Para triunfar tienes que estar sometido a un constante cambio, sobre todo en los inicios. cuando comenta que el hecho de obsesionarte con una idea no te permite avanzar correctamente, hasta que te das cuenta. “El mercado manda. Cuando a alguien le va bien, tienes que fijarte en el por qué”. En esta misma línea, afirma que puede que hace unos años el mercado fuera unidireccional, que una empresa con mucho dinero producía mucha publicidad y le funcionaba. Pero ahora, si alguien lleva teniendo éxito 3 o 4 años con cualquier negocio digital, es que algo está haciendo muy bien, “porque sino el mercado se lo va a cargar”.

Un buen copywriter, para él, además de tener su propio estilo, ha de ser muy camaleónico. “Yo escribo páginas que nadie diría que he escrito yo. Hay que saber meterse en la mente del cliente y escribir en base a él”. Un ejemplo que pone es cuando se hizo pasar por una mujer vegetariana, “y nadie notaba que estaba yo detrás”. Eso es un copywriter que sabe lo que hace. Las plataformas digitales te permiten tener un público objetivo más definido, porque, indica, que “en Internet lo rentable es gustar mucho a unos pocos. Con que gustes mucho a unos pocos te haces millonario. Y para gustar mucho a unos pocos vas a tener que repeler a muchos otros. Es inevitable”. Y añade que cuando intentas gustar a todo el mundo, posiblemente te quedes en tierra de nadie. Al menos en su ámbito.