No voy a entrar a discernir si la información y acusaciones vertidas por Gotham City Research sobre Grifols son ciertas o no. Eso le corresponde a sus auditores y al regulador. Pero sí voy a intentar transmitirles mi opinión sobre las consecuencias para la compañía catalana a medio plazo de todo este revuelo. Partimos de que Grifols nos había sorprendido con sus cuentas correspondientes a los 9 primeros meses de 2023, suponiendo que están correctamente contabilizadas. Aumento de ingresos, de beneficio, mejora de margen bruto y EBITDA y con especial buena evolución en el tercer trimestre. Bien, pero también partimos de que su apalancamiento sigue siendo excesivo, aún con buenas prácticas contables. En principio y según sus cuentas, el ratio de apalancamiento se moderó en el tercer trimestre hasta 6,7x, por la mejora del EBITDA y la generación de flujo de caja operativo. Además, Grifols mejoraba la previsión de cifras para el cierre del año completo. Hasta aquí, bien, en la senda correcta y monitorizando apalancamiento.
En cuanto a su plan estratégico, muy centrado en ahorrar costes, repriorizar proyectos de I+D y desinversiones en activos no estratégicos, además de sus objetivos en cuanto a desarrollos y avances de diagnóstico y compuestos. Pero insisto, su prioridad, rebajar apalancamiento, algo que le gusta al mercado porque es, realmente, muy necesario para el futuro de la compañía.
Pues bien. Como se pueden imaginar, sea o no sea cierto el embrollo destapado por Gotham, Grifols ha tenido que desviar todos sus esfuerzos de los objetivos estratégicos mencionados, hacia la resolución de este escabroso tema. Juna extraordinaria, equipo financiero revisando cuentas, seguro, preparando informes para el regulador, inspeccionado por el auditor, equipo legal viento en popa y plan estratégico en segundo plano. Además, y en mi opinión, lo más relevante, todo esa bomba de relojería reputacional que le ha estallado a Grifols pesará sobre su poder de negociación de la refinanciación de deuda que no es poca la que vence en 2025. Nos podemos imaginar los problemas y la cara con la que ahora Grifols va a presentarse ante la banca y sus acreedores, solicitando ampliar vencimientos, y refinanciar costes. Por el momento las agencias de rating no han hablado, pero lo harán y todo apunta a que cuanto menos, la crisis reputacional hará mella sobre su calificación o perspectivas y eso, ya saben, será mayor coste de financiación.
Y a todo esto hay que unirle que los suministradores de plasma de Grifols están también en el ojo del huracán, con riesgo elevado de perder relación con alguno de ellos, ya no solo a nivel contable y consolidación de cuentas, sino a nivel operativo, de suministro, de entendimiento, de confianza.
Aún suponiendo que el regulador y auditores consigan demostrar que todo está correcto en la contabilidad de Grifols, el impacto es y será muy negativo, muy relevante y difícilmente asumible.
Me recuerda a las víctimas de acusaciones falsas, que pese a salir absueltos, no vuelven nunca a recuperar su credibilidad, su reputación y su vida anterior. Le esperan tiempos duros a la compañía.
Mi recomendación es clara, manténganse lejos de este valor por un tiempo prudencial, salvo que quieran especular.