Sigo a las empresas en sus centenarios porque verlas evolucionar es apasionante. Puedes aprender mucho porque el reto es muy complejo: casi 8 de cada 10 empresas que nacen, con tecnologías diferenciales, que incluso reciben inversión de firmas de capital riesgo, en Europa, cierran. Esto es como jugar a la ruleta rusa con todas las balas menos con una. 

Por otro lado, cada vez que hay grandes cambios en los ciclos tecnológicos o tendencias de mercado, los grandes jugadores empresariales mutan: no es lo mismo quién lideraba los mercados hace 100 años, que 50 o 10... Los cementerios están repletos de empresas que fueron punteras, globales y que eran titulares una y otra vez en los medios de comunicación. Por eso encontrar empresas que se mantengan en el tiempo es algo realmente interesante desde una perspectiva financiera.

Y si hay un cambio global, tecnológico y diferencial en algún sector (más allá de lo que está ocurriendo con las tecnologías digitales) es en la energía. 

Pensemos que, en 1924, cuando nació TotalEnergies como una empresa participada por el gobierno francés de turno, el acceso a la electricidad aún era muy limitado en gran parte de las ciudades del mundo. En el año 2000 aún había 1.600 millones de personas que no tenían electricidad en sus casas. En1980, 4 de cada 10 de nuestros hogares en Europa usaba combustibles fósiles para cocinar (hoy no llegamos ni al 7%), y en zonas como en África aún esto sigue siendo así para casi el 80% de la población.

En cambio, el crecimiento económico y nuestro bienestar es algo tremendamente joven, en términos históricos. No tiene mucho más allá de 170 años. En 1850 todos éramos igualmente... ¡pobres! Un americano medio tenía unos 3.500 dólares de renta anual (a precios de 2011), unos 1.000 dólares más que un europeo medio. En la actualidad, ese americano medio tiene más de 55.000 dólares de renta anual (a los mismos precios de 2011), 15.000 dólares más que un europeo.

Esta exposición de crecimiento económico tan reciente ha demandado mucha energía. Y, si es joven el crecimiento económico, las energías renovables lo son más. Este crecimiento derivó en una demanda exponencial de energías no renovables y de contaminación (emisiones de C02). China lidera (en términos absolutos) las emisiones de CO2 a la atmósfera y es una fuerza imparable hacia el problema del calentamiento global. Pero en términos unitarios, por persona, los más “ricos” como Estados Unidos y Canadá lideran la emisión de C02.

Esto es así porque si analizamos cuánto se consume de energía primaria en el mundo (la materia prima para generar todo tipo de energía), se observa que, de los casi 179.000 TWh, el petróleo sigue siendo el líder (casi 53.000 TWh), pero le siguen el carbón y el gas natural. Estas tres fuentes primarias de energía aún dominan el 76% de nuestra demanda de energía. El sol y el viento tan sólo aportan 9.000 TWh... aún les queda mucho recorrido.

Pero en este escenario, lo que no está tan claro es que las compañías que provienen del mundo del petróleo y del gas sean las mismas que lideren las energías renovables. Es cierto que la energética más valiosa del mundo hoy es la de Arabia Saudí (Saudi Aramco), con sus casi 500.000 millones de euros de ingresos y un valor de casi 2 billones de euros en bolsa. Pero la explosión de nuevas empresas energéticas verdes, sin provenir del petróleo, ya es una realidad y tienen mucho mercado por conquistar. En ese mismo cementerio empresarial hay muchas empresas que fueron líderes en un sector y se negaron a ver la realidad del cambio (tecnológico o de consumo) y no fueron capaces de adaptarse (teniendo los recursos económicos y humanos para lograrlo).

La presión social, regulatoria, financiera incluso, ya es irrenunciable en la búsqueda de la neutralidad del carbono... y las empresas energéticas o se convierten en sostenibles, o morirán.

En los 90 la que hoy conocemos como TotalEnergies se jugó su eterna juventud al ser conocida por sus presiones para tratar de no asumir la realidad climática, o buscar la manera de que la transición energética fuera más lenta. Era una corriente habitual entre todas las energéticas (petroleras, la mayoría) de entonces. Y suele pasar cada vez que se viene un gran cambio de tendencia, de tecnologías o de realidad social.

Hay quien se queda ahí, y le atrapa el tsunami del cambio, y hay quien decide utilizar sus capacidades para re-inventarse y liderar ese cambio (y no morir en el intento). Y esto es lo que ha hecho TotalEnergies y por lo que me interesó bucear en sus números financieros y cómo lo está logrando.

Sus datos dan algunas pistas de lo que está pasando en las tripas estratégicas de la empresa. Esos más de 100.000 empleados, de unas 160 nacionalidades, trabajan en una dirección fijada por sus casi 800 millones de euros de investigación anuales, más 200 aplicaciones de patentes cada año, 18 centros de I+D repartidos por el mundo y una inyección de inversión sin precedentes en el cambio de un modelo de negocio prácticamente radical (en cuanto a emisiones).

TotalEnergies pasa de ser una empresa con una dependencia de ingresos de los derivados del petróleo realmente determinante en 2015, a reducirla 7 años después de forma notable, a convertirla en minoritaria en 2030 y a comprometerse públicamente a la neutralidad del carbono en 2050 (una empresa que hace nada era 100% no-renovable).

En el 2020, en plena pandemia, TotalEnergies sólo tenía 7GW instalados de energía renovable... hoy son 17 GW instalados y 52 GW en construcción, lo que la colocará entre las 5 empresas de energías renovables más importantes del mundo. 

El cambio ha sido todo menos lento, en una empresa que podría haber muerto de asfixia tecnológica y, sobre todo, burocrática con reticencias a no hacer nada distinto que asumir que aún hay larga vida al petróleo (por desgracia). Pero su proceso de transición es un caso de estudio. 

La pregunta es, ¿y cómo realizas esta inyección de inversión, tecnologías y potencia sin perder ingresos y sin explotar en niveles de deuda? El caso lo tenemos en España con el liderazgo de Iberdrola: le está costando ser la empresa más endeudada de España, con más de 48.000 M€ en 2023. 

¿Cómo lo ha hecho TotalEnergies? ¿Con qué datos financieros?  Veamos algunos desde 2017. Empecemos por las ventas, por los ingresos. 

En un mercado con un peso muy relevante del petróleo y del gas natural, las cifras de ventas fluctúan mucho ante cualquier cambio en la economía global (como lo hemos visto con la guerra en Ucrania o después de salir de la pandemia cuando la demanda mundial explosionó).

Con todo, quitando el pico de 2022, TotalEnergies consiguió vender unos 96.000 M€ más en los últimos 7 años. 

¿Estas ventas son muchas o pocas? Pues aún está a 115.000 millones de dólares de la líder mundial (después de la árabe Saudi Aramco) Exxon, pero está a la par de la segunda más importante del mundo, también americana (Chevron). TotalEnergies es la sexta empresa energética del mundo por valor en bolsa.

Pero las ventas nos sirven de poco sin saber cuánto les cuesta la materia prima y, después, al precio al que la venden una vez procesada... eso es crítico para saber su margen y su evolución.

Cada 100 euros de ventas, TotalEnergies necesita casi 60 euros de materia prima. Y esto es 2,4 euros más que hace 7 años. Es decir, que los precios a los clientes no han crecido a un ritmo superior a como lo hicieron los costes de sus materias primas. Si los ingresos de 2023 han sido un 38% superiores a 2017, lo que destinaron a comprar esas materias primas les costó un 44% más, de ahí que los márgenes se hayan reducido.

Una vez que ya sabemos los márgenes, la siguiente cuestión es ¿y qué ha pasado con el resto de los gastos? Si hacemos una selección de gastos (personal y otros gastos de explotación, es decir, los de gestión), observamos que la empresa ha ganado en productividad. En el año 2017, por cada euro de gastos corrientes (excluidos materia prima y amortizaciones), TotalEnergies conseguía unos 6,3 € de ingresos. En 2023, lo mejoró en un 11%.

Pero, como siempre digo, la caja manda, y no los EBITDA, porque es el lugar donde ocurren las cosas, donde lo que se dice se contrasta con lo que se hace realmente y, sobre todo, qué se consigue.

Si analizamos los flujos de caja principales de TotalEnergies desde 2017 el resumen nos dice que, en los últimos 7 años, su negocio generó casi 205.000 M€ de liquidez, de los cuales reinvirtió la mitad, a un ritmo de 14.600 M€ cada año. Y la otra mitad se ha ido a flujos de entrada y salida de la deuda y a pagar a los inversores, a quienes destina algo más de 6.600 M€ de media todos los años.

En definitiva, en los últimos 7 años, TotalEnergies ha conseguido acometer un plan de inversiones tremendamente importante, financiar su deuda y mantener a los inversores “tranquilos” con el dividendo. Pero ¿qué ha pasado con la deuda? 

100.000 millones de euros de inversión después, TotalEnergies tiene menos deuda hoy que en 2017. De hecho, desde la pandemia se enfrentó a una reducción drástica de 27.000 M€ de deuda.

¿Y esta deuda es mucha o poca? Pues si la comparamos con Iberdrola, por ejemplo, TotalEnergies vende 5 veces más que Iberdrola, pero tan sólo tiene un 3% más deuda que Iberdrola. Por cada euro de deuda, TotalEnergies consigue ingresos de 4,74 €. Iberdrola por cada euro de deuda genera poco más de un euro de ingresos...

A cambio, cada 100 euros de ventas, Iberdrola gana después de impuestos 11 euros, mientras que TotalEnergies 9... ese 21% de mayor beneficio por cada euro vendido es lo que permite a Iberdrola mostrar su potencia financiera para poder captar más deuda y seguir invirtiendo. TotalEnergies, en cambio, usa menos deuda porque su músculo de generación de caja es muy sólida y estable.

Por esta razón, la deuda no es ni mala ni buena, la deuda se rentabiliza. Pero esto pone en contexto que TotalEnergies ha conseguido reutilizar la caja de su negocio para invertir cantidades muy relevantes en sustituir su dependencia del petróleo y empezar a despuntar mundialmente en renovables. 

Parece que se quiere mantener joven, y también que lo consigue, porque la empresa lo está logrando sin sufrir en márgenes, sin sufrir en consumo de caja, manteniendo a sus accionistas contentos y consiguiendo una rentabilidad realmente destacada. Y esto no es fácil, aunque tengas el dinero hay que canalizarlo con mucha estrategia, una gran cantidad de talento y conocimiento, y romper demasiadas fronteras (la mayoría internas) para saber utilizar de forma adecuada cada euro y colocarlo a trabajar para el largo plazo, es decir, para no envejecer.