Elon Musk fue el gran apoyo de Donald Trump en su regreso a la Casa Blanca. No solo apreció en mítines y le entrevistó en directo en su plataforma X (antiguo Twitter), sino que los documentos presentados ante la SEC muestran que donó casi 119 millones de dólares a un comité de acción política que creó para apoyar al hoy presidente electo.

Ahora, todo parece indicar que podrá recoger beneficios de esta apuesta, aunque quizás no del modo que los inversores podrían esperar. 

De acuerdo con el Bloomberg Billionaires Index, Musk es el hombre más rico del mundo, con una fortuna valorada en 314.000 millones de dólares que se ha incrementado solo en lo que va de año en 84.700 millones.

Tesla vuelve al club del billón de dólares

Buena parte de esta cifra se la debe a Tesla, la compañía de coches eléctricos de la que es CEO y fundador. Musk controla más de 700 millones de acciones de Tesla, incluidas sus opciones. A pesar de que Trump se ha mostrado crítico con los vehículos eléctricos y la agenda climática no es precisamente su prioridad, lo cierto es que los inversores creen claramente que su segunda presidencia beneficiará a Tesla de alguna manera, ya sea en forma de regulaciones reducidas para los coches autónomos o incluso a través de un menor apoyo a otros fabricantes de vehículos eléctricos.

Trump, por ejemplo, ha avisado de que podría recortar el crédito fiscal federal de 7.500 dólares para la compra de vehículos eléctricos. Estas ayudas han ayudado a impulsar las ventas de los Teslas históricamente, pero eso no ha asustado a los inversores.

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“Tesla tiene una escala y un alcance inigualables en la industria de los vehículos eléctricos y esta dinámica podría dar a Musk y Tesla una clara ventaja competitiva en un entorno sin subsidios para los vehículos eléctricos, junto con aranceles probablemente más altos para China que seguirían alejando a los actores chinos de vehículos eléctricos más baratos (BYD, Nio, etc.) de inundar el mercado estadounidense en los próximos años”, explicaba en una nota a sus clientes Dan Ives, analista de Wedbush Securities.

El resultado es que las acciones de Tesla han reaccionado muy positivamente a la victoria de Trump. A finales de abril, Tesla acumulaba una caída de más del 40% en el año, pero a día de sube ya más del 36%, habiendo rebotado un espectacular 150% desde sus mínimos. Las acciones de la compañía han subido un 30% desde el cierre del martes, justo antes de los resultados electorales.

El fuerte repunte de Tesla le ha permitido volver a unirse al exclusivo club de la ‘capitalización de mercado de un billón de dólares’ junto con Alphabet, Amazon, Apple, Meta (Facebook), Microsoft y NVIDIA.

SpaceX y el sueño de Marte

La otra gran joya de la corona en el imperio empresarial de Musk es SpaceX, de la que posee más del 40%, de acuerdo con Bloomberg. Esta empresa no cotiza en bolsa, pero también se beneficiará de una segunda presidencia de Trump. De hecho, es la que tiene unos vínculos más claros con el Gobierno federal, si bien es posible que una victoria de Kamala Harris tampoco hubiese supuesto un cambio en este sentido.

El gobierno estadounidense ha pagado a SpaceX unos 20.000 millones de dólares desde 2008. Entre los mayores contratos se encuentran el destinado a transportar a los astronautas hacia y desde la Estación Espacial Internacional (ISS), así como reabastecerla. SpaceX también ha ganado contratos para construir un vehículo de aterrizaje lunar y proporcionar servicios de lanzamiento al Departamento de Defensa, entre otros.

Pero el gran sueño de Musk, como él mismo ha señalado en algunas ocasiones, es Marte. Aunque el envío de naves tripuladas no podrá realizarse dentro los cuatro años del mandado de Trump, SpaceX sí que planea enviar hasta cinco naves Starship no tripuladas al planeta rojo en 2026, cuando se abra la ventana de lanzamiento.

SpaceX está valorada en aproximadamente 210.000 millones de dólares, lo que la convierte en la primera o segunda empresa aeroespacial y de defensa más valiosa. Si sus acciones cotizaran en Bolsa, probablemente habrían registrado subidas todavía más importantes que las que registró Tesla desde la victoria de Trump. 

Una pista la puede dar el comportamiento de un fondo cerrado poco conocido llamado Destiny Tech 100 (DXYZ). Este fondo ha subido un 170% desde el cierre del martes, lo que lo sitúa un 465% por encima de su valor liquidativo (NAV). La razón, que posee participaciones en empresas privadas, la mayor de las cuales es SpaceX. En el sitio web de Destiny, se muestra que SpaceX representa algo más del 37% del fondo. 

Las otras empresas de Musk

Aunque Tesla y SpaceX están a la cabeza del extenso imperio empresarial de Musk, el magnate de origen sudafricano tiene muchas otras propiedades. Bien conocido es que es dueño de X, la antigua Twitter que compró por 44.000 millones de dólares en 2022. También está detrás de la empresa de inteligencia artificial xAI, la compañía tuneladora The Boring Company y el fabricante de implantes médicos Neuralink

Ninguna de esas empresas tiene de momento vínculos con el Gobierno estadounidense.