270 de 538 delegados. Eso es lo que necesita Donald Trump para revalidar su mandato al frente de la Casa Blanca o el demócrata Joe Biden para convertirse en el cuadragésimo quinto presidente de los EEUU. La fecha, el próximo 3 de noviembre. Una cita con las urnas en las que no está en juego solo el devenir del país en los próximos cuatro ejercicios.
La economía mundial, envuelta en uno de los contextos más difíciles de los últimos años por los efectos del coronavirus, también participa en los comicios estadounidenses. Los votantes se decantarán por medidas de estímulo, planteamientos geopolíticos o táctica administrativa muy diferentes entre sí. Cuestiones como reformas fiscales, relaciones con China o la presión sobre la Fed están en juego.
El escenario de partida para la economía estadounidense, condicionado por el coronavirus, no es muy alentador, más teniendo en cuenta que demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo para aprobar un nuevo paquete de estímulos que mitigue el impacto de la pandemia. En el segundo trimestre del año, el PIB de EEUU se contrajo un 31,7% en comparación interanual y un 9,1% respecto a los tres meses anteriores; eso sí, la caída fue 1,2 y 0,4 puntos porcentuales menos pronunciada que lo calculado en la anterior estimación.
Por su parte, la tasa de paro estadounidense se recuperó en agosto hasta el 8,4%, desde el 14,7% de abril, en pleno confinamiento, aunque todavía muy lejos del 3,5% de febrero, mínimos históricos. En su reunión de septiembre, la Reserva Federal mejoró su cuadro macroeconómico, esperando ahora una caída del PIB del 3,7% para este año, con una subida del 4% en 2021, del 3% en 2022 y del 2,5% en 2023. Sus estimaciones consideran una tasa de de paro del 7,6% para terminar el año, reduciéndose al 4,6% para 2022.
En lo referido a la inflación, auguran una subida de precios del 1,2% este año, llegando al 2% ya en 2023. Hasta entonces, los tipos permanecerán en el rango del 0% al 0,25%. El FMI estima una caída del PIB en 2020 del 8%; mientras que la OCDE espera una reducción de la economía de EEUU del 3,8% para este ejercicio.
Con Biden adelantando levemente a Trump en los sondeos, EEUU se juega su recuperación en estas elecciones. Si Trump conserva el cargo, su enfoque económico se centrará en los recortes fiscales, ampliando los realizados ya en 2017, con un gasto en infraestructura más tradicional que apoye a las industrias, incluida la energía doméstica.
Si Biden es elegido, las medidas económicas que tomará se centrarán en la redistribución de los ingresos, revirtiendo los recortes fiscales de la Administración anterior en favor de las familias de ingresos medios y bajos; concentrando el gasto en infraestructuras en el desarrollo de las energías renovables.
“Biden ya está comentando que de ganar las elecciones intentará impulsar políticas fiscales con un gravamen mucho mayor a las grandes fortunas y también al retorno obtenido en los mercados financieros, mientras que Trump basa su propuesta en aumentar el déficit público sin importar el nivel que alcance con tal de seguir apoyando políticas ultra expansivas fiscales, es decir, bajada de impuestos tanto a empresas como a ciudadanos”, explica Pablo Gil, Director de la escuela de inversión Metodotrading y Jefe de Estrategia de XTB.
Las tensiones entre EEUU y China también han sido uno de los pilares de este mandato de Trump. Si Trump conserva su cargo, existe el riesgo de que las relaciones entre EEUU y China se deterioren aún más. Sin embargo,Stephanie Kelly, economista política de Aberdeen Standard Investments destaca la preocupación de los demócratas por la transparencia y la ética del gobierno chino, por lo que espera que se siga produciendo “una erosión gradual de los vínculos en áreas como la tecnología y la inversion”, aunque el candidato demócrata, en su opinión, trabajaría mucho más con los aliados para tratar de construir un enfoque multilateral para influir en el gigante asiático.
La bolsa y las elecciones
Dado el comportamiento de Wall Street pese a la pandemia, no sería sorprendente ver una pausa en los índices de EEUU, consecuencia de la incertidumbre provocada por las elecciones. “Volatilidad”, es lo que contesta Christian Scherrmann, US Economist en DWS, cuando se le pregunta por esto. En la gestora estiman los 3.000 puntos para el S&P 500 si gana Biden y los 3.600 si la victoria es para Trump, aunque mucho dependería también de los resultados en las elecciones al Congreso. En opinión de Gil, antes de los comicios se podría ver “una corrección significativa que ya podría haber empezado”.
En opinión de Gil, antes de los comicios se podría ver “una corrección significativa que ya podría haber empezado”. Lo que busca el experto es “un proceso de "limpieza" con una duración suficiente para eliminar la excesiva sobrecompra que registran las bolsas en Estados Unidos en término de indicadores técnicos”. De cara a diciembre y para el inicio de 2021 espera que la bolsa volverá a subir a máximos históricos con independencia de quien gane. La reelección de Trump podría tener un resultado similar a su victoria en 2016: subidas iniciales para las bolsas.
Puede ver el artículo completo en el último número de la revista de Estrategias de inversión