La colección Villeret, sinónimo de elegancia atemporal, se distingue por la pureza de sus líneas y el alto grado de tecnicismo de sus movimientos. Otorgando protagonismo al mundo que nos rodea, Blancpain da vida a una colección de nuevos relojes teñidos de un tono verde exquisito, que crea un contraste sumamente cautivador con el oro rojo de 18 quilates de las distintivas cajas double pomme. Estas características mecánicas y de diseño, sutilmente combinadas, dan lugar a unos relojes de excepción. 

Villeret Extraplate 

Elegancia discreta, el Villeret Extraplate se articula en torno a las indicaciones del tiempo esenciales (horas, minutos y segundos), a las que se suma solamente una función de fecha, que deja que la mirada se centre en contemplar la nueva esfera de un sereno color verde. Este reloj de líneas depuradas refleja a la perfección la identidad de la colección Villeret: aparente minimalismo, pese a la gran complejidad que se oculta bajo la esfera. Esta creación, animada por el calibre extrafino 1151 (de apenas 3,37 mm de grosor) y con caja de 40 mm de oro rojo de 18 quilates, presenta un grosor de tan solo 8,70 mm. A pesar de su sorprendente delgadez, el Villeret Extraplate no renuncia en absoluto al rendimiento: gracias a dos barriletes montados en serie, está dotado de una considerable reserva de marcha de 100 horas. 

Villeret Quantième Phases de Lune 

El Villeret Quantième Phases de Lune, adornado con la célebre complicación de fases de la luna de Blancpain, se distingue por su encanto poético. Con sus detalles encantadores, como el lunar junto a los labios o los párpados cerrados terminados en largas pestañas, la emblemática indicación de las fases de la luna de la marca hace que el reloj cobre vida. Con su rostro afable, marca los ciclos lunares, acompañados de un círculo de fecha y una aguja con la punta de forma de luna creciente. Evocando igualmente el cielo estrellado, la esfera y la caja se iluminan con diamantes de talla brillante (1 quilate aproximadamente), sin olvidar el delicado efecto rayos de sol de la nueva esfera verde, un color que transmite serenidad y viste también la correa. Tanto de día como de noche, el reloj resplandece con destellos brillantes. La caja de oro rojo de 18 quilates de 33,20 mm alberga el movimiento automático seguro 913QL.P, un auténtico repertorio mecánico.

Villeret Quantième Complet 

Conjugando armoniosamente un calendario completo con las fases de la luna, el Villeret Quantième Complet constituye una auténtica proeza. Las proporciones de este reloj de 40 mm de oro rojo de 18 quilates, con indicación de fecha, día de la semana y mes por medio de un círculo de fecha y dos ventanillas específicas, se han concebido para mantener el equilibrio visual y ofrecer una lectura cómoda. El contraste entre el delicado tono verde de la nueva esfera y las agujas e índices de oro rojo incrementa la legibilidad de las indicaciones y confiere a la creación un carácter intuitivo y único. Para preservar el complejo mecanismo de calendario, el calibre 6654 cuenta con un sistema de seguridad que permite al portador ajustar las indicaciones del calendario en cualquier momento simplemente pulsando con el dedo los correctores bajo asas patentados por Blancpain. 

Villeret Tourbillon Carrousel 

El tourbillon y el carrusel son algunos de los grandes avances destinados a reducir los efectos asociados a la gravedad terrestre en el funcionamiento de un movimiento. El Villeret Tourbillon Carrousel, presentado en primicia mundial en 2013, puso de manifiesto la capacidad de Blancpain para crear obras maestras mecánicas altamente complejas combinando dos reguladores en un reloj de pulsera gracias al calibre 2322: un tourbillon volante situado a las 12 horas y un carrusel volante situado a las 6 horas, acompañados de un calendario a las 3 horas. El reloj está dotado de dos jaulas giratorias independientes, aunque unidas por un diferencial que transmite la media de marcha de los dos reguladores a la indicación de las horas. Asimismo, está dotado de una corona de armado externa que permite dar cuerda simultáneamente a los dos barriletes garantizado el mismo nivel de carga. Gracias a ello, el modelo posee una precisión excepcional y siete días de reserva de marcha, cuya indicación se puede consultar a través del fondo de cristal de zafiro. Este año, el Villeret Tourbillon Carrousel se reinventa con una caja de oro rojo de 18 quilates de 44,6 mm combinada con una delicada esfera verde con efecto rayos de sol de carácter sereno a la par que sofisticado.

Villeret: elegancia atemporal y alto grado de tecnicismo 

La colección más clásica de Blancpain toma su nombre de la localidad que vio nacer a la marca, Villeret. Los modelos de esta colección, fieles a la tradición pero con la mirada puesta en el futuro, representan a la perfección los orígenes de la marca y se distinguen por la sobriedad y la pureza de sus líneas, que los dotan de una elegancia atemporal. La colección Villeret custodia en su emblemática caja double pomme los resultados de las recientes investigaciones llevadas a cabo por Blancpain para concebir sus movimientos, como los correctores bajo asas del reloj Quantième Complet. 

Las fases de la luna: el rostro de Blancpain 

Esta complicación poética, distintiva de la Manufactura de Le Brassus, que Blancpain reintrodujo en 1983 tras la crisis del cuarzo, permitió a la maison demostrar que un reloj mecánico daba fe de un savoir-faire extraordinario y que el cuarzo nunca podría sustituir una creación relojera mecánica compleja, convirtiéndose así en el símbolo del renacimiento de la relojería mecánica. Claramente reconocible, la función de fases de la luna de Blancpain se incorpora en los Villeret Quantième Phases de Lune y Quantième Complet, que presentan cada uno un movimiento seguro, ya que facilita a su portador ajustar las indicaciones del calendario en cualquier momento del día sin dañarlo.

Blancpain, maestra de los calendarios

Los calendarios, componentes clave de la identidad de la Manufactura, demuestran la experiencia y el savoir-faire de Blancpain en materia de complicaciones. El calendario completo, que volvió a estar en boga después de la crisis del cuarzo, allanó en 1983 el terreno a los relojes con indicaciones de fecha. Desde una indicación sencilla de la fecha al calendario perpetuo, pasando por el calendario semanal o el calendario anual, la capacidad de la marca para crear calendarios llegó a su culmen con la creación extremadamente compleja de dos primicias mundiales: el Villeret Equation du Temps Marchante y el Villeret Calendrier Chinois Traditionnel. Gracias a su frecuente presencia en el catálogo de la Manufactura —en las colecciones Villeret, Ladybird y Fifty Fathoms—, estos mecanismos convierten a Blancpain en la firma maestra de los calendarios.

La revolución del silicio 

El silicio, que protagonizó una auténtica revolución en la industria relojera a principios del siglo XXI, ha propiciado importantes avances en materia de medición del tiempo. Este material elástico que no se deforma, duro, ligero y muy resistente a la corrosión, se distingue especialmente por su resistencia al magnetismo, una cualidad muy ventajosa para garantizar el funcionamiento preciso de los relojes. 

Gracias a esta tecnología y a este material, empleados en la espiral, además de mostrar con orgullo la construcción única de sus movimientos y la alta calidad de sus acabados a través del fondo transparente, los nuevos Villeret ofrecen un rendimiento cronométrico superior.

Controlar la gravedad: ¿tourbillon o carrusel? 

El tourbillon y el carrusel, auténticas proezas mecánicas, se han concebido para reducir los efectos asociados a la gravedad terrestre en el funcionamiento de un movimiento. La Manufactura de Le Brassus ha redefinido el carrusel replanteándolo y dándole nuevas perspectivas. Se trata de una alternativa al tourbillon, del que se distingue por la forma en la que cumple su función. Ambos sistemas tienen la misma finalidad, aunque se diferencian por su construcción. En el tourbillon, la jaula está unida al barrilete por medio de un único tren de ruedas, por lo que, en caso de que esta unión mecánica se interrumpa, el tourbillon también dejará de girar. Por su parte, el carrusel está unido al barrilete por medio de dos trenes de ruedas. El primero proporciona la energía necesaria para que funcione el escape, mientras que el segundo controla la velocidad de rotación de la jaula. La diferencia entre ambos sistemas consiste en una construcción más estudiada y rica en cuanto a componentes en el caso del carrusel. Por consiguiente, combinar ambos reguladores conlleva un reto considerable, que Blancpain logró superar, por primera vez en la historia de la relojería, en 2013.