Michael Deutsgs demostró que, en la mayoría de los países, existe una correlación alta entre el impulso crediticio y la demanda del sector privado (C + I). Demostró que la variable crediticia que permite pronosticar el crecimiento del PIB es el cambio en el flujo de crédito, no el cambio del “stock” de crédito.

Si tuviera que seguir sólo un indicador macro que nos informara de todos los aspectos de la economía global, ese sería el impulso del crédito chino.

El impulso crediticio chino guarda una correlación alta con el comportamiento del PIB global, si bien con un retardo de 5 ó 6 meses.

Si China consiguiera estabilizar su mercado financiero (banca en la sombra, impagados en los bonos y tarjetas de crédito) e impulsar el ritmo de concesión de nuevos créditos, la economía global podría recuperarse.

China actualmente es la única fuente capaz de proporcionar un nuevo impulso a la economía global.

El enfriamiento de la economía China parece un problema serio. Dio comienzo cuando las autoridades económicas chinas intentaron frenar un crecimiento excesivo del crédito (de la “banca en la sombra”). La situación se vio agravada por la guerra comercial con EEUU.

China tendrá que hacer un esfuerzo mayor que EEUU, aunque tiene a su favor una reservas inmensas y un mayor control de mercado que no existe en los países occidentales, y un control de la información disponible por el público, con lo que puede frenar las reacciones adversas.

China depende de si misma, bastaría con que llevara a cabo un impulso doméstico.

Pues bien, es probable que en estos momentos se esté produciendo YA un aumento del activo de la denominada “banca en la sombra”. Al menos, los autoridades chinas no están reprimiendo su expansión.

En los meses de enero y diciembre se ha producido una inyección gigantesca de dinero en el sistema financiero chino.

 

Las instituciones financieras chinas alcanzaron en enero un récord histórico en la concesión de nuevos préstamos. Experimentaron un incremento del 13,4% en el mes enero. La M2 de China se recuperó desde los mínimos marcados en diciembre, con un incremento del 8,4% interanual en enero y un aumento respecto de diciembre del 8,1%.

La clave está en comprobar que estos nuevos créditos NO se dedican a pagar deudas pendientes sino a la inversión en nuevos proyectos empresariales.

Por lo tanto, vamos a considerar que es improbable que la economía del mundo entre en recesión.

Si se confirma el incremento del impulso crediticio chino, deberíamos considerar que lo más probable es que en el segundo semestre de 2019 se produzca una recuperación de la actividad económica global. Y en consecuencia, un incremento del beneficio por acción, lo que podría favorecer una subida del S&P 500 hasta la zona de los 3.000.

Es preciso destacar que el mercado de futuros sobre fondos federales comenzó a descontar la semana pasada una bajada del tipo de interés de los fondos federales en 2019.

En el muy corto plazo es probable que el S&P 500 intente incluso superar el 2.820 y acercarse al 2.850.

Unas perspectivas de crecimiento tan débiles para Italia hará muy difícil que el Banco Central Europeo suba los tipos de interés. Por eso está cayendo con tanta fuerza el tipo de interés del “bund” alemán.

Obviamente la reducción de la flexibilización cuantitativa, anunciada en diciembre,fue un error de Draghi.

Las nuevas elecciones de este año en Europa solo exacerbarán la situación.

El margen fiscal y monetario para luchar contra la próxima recesión por parte del banco central y de los gobiernos es escaso, y, por lo tanto, es una gran preocupación para Italia, y para otras naciones endeudadas como España.

Europa espera un milagro…..chino.

Por lo que hace referencia al DAX y al IBEX vamos a considerar como escenario más probable que desplieguen una nueva onda al alza. La semana pasada vimos que se produjo un giro al alza.