Según los datos del índice PMI manufacturero, la actividad fabril de la zona euro continuó deteriorándose durante el pasado mes de diciembre. Sin embargo, la contracción registrada fue la más lenta en siete meses, lo que deja abierta la posibilidad de que la recesión sea menos pronunciada de lo que se esperaba. El índice PMI alcanzó los 44,4 puntos, frente a los 44,2 del mes anterior.
Esta contracción en la actividad fabril plantea la posibilidad de que la zona euro experimente un último trimestre de caída del PIB y entre en una recesión. Según Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, si se confirma esta tendencia pesimista, la zona euro enfrentará un panorama sombrío. Los modelos de estimación en tiempo real también apuntan a una contracción del PIB para el cuarto trimestre.
Durante el mes de diciembre, el nivel de producción industrial en la zona euro continuó reduciéndose, principalmente debido a la falta de nuevos pedidos, tanto nacionales como internacionales. La secuencia actual de contracción de las ventas en el extranjero ya lleva casi dos años. Además, el volumen de pedidos pendientes también disminuyó, lo que refleja el exceso de capacidad en el sector. Como consecuencia, el empleo industrial en la zona euro siguió cayendo, lo que coincide con la tendencia observada desde junio pasado.
Por otro lado, los datos de la encuesta indican una mejora en los plazos de entrega de los proveedores, debido a las reducciones sostenidas de los inventarios y una demanda más débil. Además, las expectativas de crecimiento para los próximos doce meses mejoraron en diciembre, alcanzando la mejor lectura de confianza de los fabricantes desde abril pasado.
En cuanto a los precios, los costes de los insumos de las fábricas siguieron disminuyendo a finales de 2023, lo que permitió a los fabricantes tener un mayor margen sobre sus decisiones de precios. Esto se refleja en los descuentos y en otro mes de precios más bajos en la encuesta. Entre las grandes economías de la zona euro, España muestra una caída de la actividad económica menos pronunciada que Italia, cuya industria se está contrayendo a un ritmo más lento que la de Alemania. Francia, por otro lado, registró los peores resultados.