Futuros del petróleo se ha convertido en algo más que rey por un día de los mercados financieros. Es el que encabeza, junto al resto de materias primas también lideradas por el gas, los grandes avances en precios durante algunos de los 22 días que dura la guerra rusa contra Ucrania y que impactan directamente en las principales economías occidentales.
Una nueva crisis que no se veía desde 1973 y que incluso ha llevado a augurar precios exageradamente altos en los próximos meses a cuenta de varios factores. Por un lado, la guerra per sé que cuenta con una dependencia de más de dos tercios entre los países del Este de Europa sobre el crudo ruso, incluida Alemania y que, gas mediante, nos eleva, como es habitual con las tensiones geoestratégicas, el coste del mismo, que además pagamos en euros.
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Moneda única que supera ligeramente las 1,105 unidades frente al dólar sin ganar posiciones y que encarece más el crudo. La Unión Europea ha dado un giro y en el último Consejo Europeo ha puesto sobre la mesa la necesidad de implementar alternativas inmediatas que pasan por acelerar la transición a las renovables.
Por el otro, China, otro de los grandes consumidores mundiales que ha retrocedido en su consumo en los últimos días y que es el nuevo exponente en la rebaja del precio del crudo: los contagios por Covid-19 en ese país alcanzan su mayor nivel desde el comienzo de la pandemia y vuelven a cerrar ciudades. Esta vez es el turno de Shenzhen, una de las principales ciudades del país y esto sí es un varapalo para el petróleo ruso y sus exportaciones a doble dígito en marzo. Pero su vuelta parcial a la actividad, lo hemos visto con las fábricas de Foxconn, revierte la caída del crudo
Así vemos como en las últimas cinco sesiones el crudo recorta un 4,56%, sube un 12,12% en el último mes, que se multiplica en el caso de los avances trimestrales, que superan el 39,3% y en lo que llevamos de año, el encarecimiento del petróleo alcanza el 33,5%. Más si cabe en un 65,4% en tasa interanual
Esta caída en el precio, todavía provisional, si alienta a las economías occidentales, consumidoras, que tanto han sufrido en las últimas dos semanas a cuenta del crudo, a unque las producciones de los países con Estados Unidos a la cabeza se mantienen en niveles elevados .
Aun así , los expertos no se confían, porque la inestabilidad y la volatilidad de este mercado, ante la persistencia de la guerra y sus implicaciones en el precio, le llevan a escenarios extremos. Es el caso de Barclays que coloca el precio del crudo en 200 dólares si se produce el peor escenario, con cortes de suministro por parte de Rusia a las potencias occidentales. Lo mejor es que no ha revisado su pronóstico en un entorno medio del crudo Brent para 2022 porque considera que, de momento la situación de abastecimiento sigue siendo muy fluida.
También ven esa cota máxima de 200 dólares para un escenario en el que Europa y Estados Unidos prohibieran las importaciones de petróleo rus desde la consultora noruega, con sede en Oslo, Rystad Energy. Mientras desde Goldman Sachs lo mantienen en 135 dólares desde los anteriores 98, mientras señala que nos enfrentamos a uno de los mayores shocks de suministro de energía por la guerra en Ucrania.
Mientras habrá que estar atentos a un repunte que no solo ha hecho reverdecer a las petroleras, también a las renovables ante el resurgir y acelerar ese cambio hacia la energía verde que podría ser el revulsivo esperado por estas empresas, que han visto como en muchos países, como en el caso de Alemania, se ha pausado su evolución en el ámbito eólico.
Aunque como señala el director gerente de estrategia energética de RBC Capital, Michael Tran, en declaraciones a Bloomberg, “ ya ​​nada se ve como una locura en el mercado petrolero”.