La Unión Europea está pagando al día cerca de 260 millones de euros por las importaciones que realiza desde Rusia y al año, suponen 104.000 millones de euros junto con las del Reino Unido, frente a los 43.400 millones que se gastan cada año en gas ruso. De momento, el quinto paquete de sanciones contra Rusia alcanza ahora la prohibición de compra de carbón, que supone, anualmente para aquel país, del orden de ingresos de 8.000 millones de euros.
Se trata del 25% del total del carbón que exporta Rusia y en el caso de Alemania, significa la mitad de su consumo anual. Ahora, todas las miradas están puestas en el Futuros del petróleo y el gas, pero hablamos de palabras mayores, con la oposición de quienes lo consumen, principalmente Alemania, el motor europeo, pero también Austria y Hungría. Y es, sobre todo, por el gasto añadido que supondría para sus arcas.
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El primer efecto de los incrementos lo hemos visto en los desorbitados precios de los carburantes, ahora subsidiados, por necesidad ante los paros y protestas en toda Europa con un petróleo que se coloca en precio en la barrera de os 100 dólares. En su gráfica de cotización vemos que el crudo recorta un 9% en la última semana con caídas mensuales que superan el 7,3% para la materia prima. Sin embargo, los avances trimestrales del 20.2% permanecen con ganancias en lo que va de 2022 del 26,2% e interanuales que superan el 55,7%. Apesar de ello hoy vuelve a remontar en los mercados.
Pero la gran pregunta sin duda subyace, ante todo: ¿cómo evolucionarán los precios del crudo? De momento, entre las últimas noticias se suma la liberación de 60 millones de barriles por parte de la Agencia Internacional de la Energía, organismo dependiente de la OCDE, de los países desarrollados. Será por un periodo de 6 meses, con Japón en este caso asumiendo el mayor nivel con 15 millones de barriles. Barriles adicionales a los 180 millones anunciados por EEUU de sus reservas, a razón de un millón al día, lo que supone dos días de la demanda global.
Aunque por ejemplo algunos analistas como Phil Flynn de Price Futures Group que recoge Reuters, destaca que estas medidas pueden llegar a ser contraproducentes a medio plazo. Considera que ante la reducción artificial de los precios, solo se elevará la demanda, con la idea de subsidiar el consumo, de forma que la oferta se consumirá con mucha rapidez.
E incluso podría ir más allá, con mayor atonía de la actual ante la situación de la OPEP +, que podría llevar a los productores mundiales a acelerar el aumento de producción con precios que circundan los 100 dólares por barril.
Esta situación actual, lleva a Goldman Sachs a elevar sus previsiones sobre el precio del crudo para el presente ejercicio. Incluso, que la medida americana pueda suponer 5 dólares de subida en 2023 a las previsiones actuales de 110 dólares barril para el presente 2022, ante una mayor demanda y menor oferta de petróleo de esquisto.
Desde S&P Global Commodities prevén que el precio del crudo se coloque en el segundo trimestre del año en una media para el brent de 120 dólares, para bajar hasta los 100 dólares por barril de petróleo en Europa cuando termine el ejercicio.
Mientras desde JPMorgan consideran que no se pondrá en el mercado tanto stock de reservas liberadas como ha señalado Estados Unidos, por lo que prevé que en el segundo trimestre del año el precio del petróleo se coloque en los 114 dólares por barril, y que baje después hasta los 101 dólares en la segunda parte del ejercicio, aunque con niveles de 120 dólares en esa reducción.
Pero no olvidemos otro escenario, más allá de la guerra que está repercutiendo en la oferta: la menor actividad de China ante el confinamiento de ciudades como Shanghai, que se está prolongando, y que tendrá un efecto definitivo también en la evolución del crudo en las próximas semanas.