La OPEP+ tomaba ayer una decisión operativa que iguala en rapidez a la lentitud con la que se habían tomado el hecho de que, en marzo, con la guerra de Vladimir Putin, los precios se tensionaran hasta los 140 dólares, recordemos, su nivel más alto de los últimos 14 años. Una inacción criticada por todo, que han corregido a regañadientes y de forma muy ligera en los últimos meses.
Al final ha sido el todopoderoso mercado el que ha marcado tendencia: la lectura cada más clara, temida y cercana de una recesión es lo que, a la postre ha virado a la baja los precios hasta componer Petroleo Br Sp ADR claramente por debajo de la ya cota psicológica perdida de los 100 dólares.
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Ahora el cártel ha tomado cartas en el asunto, y a principios de semana, solo con el anuncio de un posible recorte en la reunión de ayer, ha revitalizado de forma significativa los precios. Así el cártel recorta según lo esperado en 2 millones de barriles diarios su producción, la más elevada desde la pandemia que entrará en vigor el próximo noviembre. Representa además casi el doble de la cantidad diaria liberada a diario por la reserva estratégica de petróleo de Estados Unidos.
Un recorte que, no lo olvidemos también beneficia notablemente a Rusia, al sostener y elevar los precios del petróleo, y por ende los ingresos del Kremlin previo a las sanciones de la Unión Europea que entrarán en vigor en el mes de diciembre. Estos son los nuevos niveles de producción
La lectura más inmediata, sin duda en su cotización con precios que se acercaron a los 93 dólares ayer al conocerse el consejo del panel de expertos que siempre es la avanzadilla de la decisión final, que además ya estaba descontando en días pasados, los del rebote, en el mercado. Así en las cinco sesiones precedente avanza el Brent un 4,5%, mientras que en el mes recupera cerca de un 5%.
Las caídas trimestrales se mantienen en el 7,8% y, en el cómputo anual, recuperan fuerza las ganancias que ya alcanzan el 18%, en interanual, el repunte es del 13,7%.
Todo esto ha cambiado además la expectativa y mejora de los futuros, aunque desde las firmas siguen mostrando cautela ante la perspectiva de la llegada y mantenimiento de una recesión que rebajaría drásticamente los niveles de consumo de crudo y por tanto su precio.
Así entre los últimos en mover ficha encontramos a Goldman Sachs que, más allá del repunte de esta semana, considera que el recrudecimiento en las expectivas económicas globales se mostrará en el precio del barril. Aunque lo cierto es que, antes del anuncio de la OPEP, el banco de inversión norteamericano si vislumbraba ya una mejora en el precio debido a lo calificaban como “mercado críticamente ajustado” en el coste del barril.
Todo ello, claro, admitiendo que los vientos en contra para el devenir futuro del precio del crudo siguen siendo importantes: por un lado, la sobrevenida y duradera fortaleza del dólar, recordemos la moneda en la que se vende el petróleo, que encarece más la factura, por ejemplo, para los países que pagamos en euros. Por el otro, el posible debilitamiento de la demanda, ante un esperado, menor crecimiento mundial.
Sus estimaciones marcan los 100 dólares de media en estos tres meses del año, muy por debajo de sus 125 dólares anteriores, a su vez recortados desde unos iniciales 130. Todavía le queda margen para acercarse a ese pronóstico, incluso a doble dígito desde sus niveles de cotización actuales.
Ya para 2023, espera una mejora, aunque no sustancial en el precio: hasta los 108 dólares de los 125 previos del año que viene. Considera que, a pesar de lo que lee el mercado, la desaceleración económica será menor de lo previsto y que, para justificar en el tiempo esos bajos precios del barril haría falta un nulo crecimiento global, que ellos cifran en el 1%.
UBS va más allá y considera que el recorte de la OPEP+ unido a otros factores, como la recuperación de la demanda china, el fin de liberación de las reservas estratégicas de Estados Unidos y prohibición comunitaria del petróleo ruso podrían llevar a los 110 dólares al barril al final de este 2022. Mientras desde JPMorgan apuestan por los 100 dólares para este cuarto trimestre.