Es el referente absoluto de cualquier crisis que se precie. Y aunque hay otros formatos, desde el dólar hasta los bonos de referencia de Estados Unidos o Alemania, el oro nunca se pasa de moda entre los inversores. Por una razón o mejor, por dos: nunca falla y siempre está ahí cuando se le necesita. Es ese totem que siempre perdura y que no defrauda, en especial con situaciones tan increíbles como la que estamos padeciendo, con la actividad mundial en mínimos históricos.

En su gráfica de cotización, este metal precioso donde los haya, continúa una senda alcista impecable iniciada hace justo un año, sin apenas retrocesos de consideración, más allá de una mera toma de beneficios, como en los momentos más difíciles de la pandemia. Pero apenas era un espejismo, porque cuanta más volatilidad había en los mercados, más fuerte se hacía el precio del oro. A punto de romper niveles de resistencia y con más que buenos augurios por parte de los expertos del mercado de commodities.

 

 

Así Citi se olvida de los 1800 dólares como nueva zona de resistencia para poner sobre la mesa que más pronto que en 2021 la cotización del oro llegará a la mágica cifra de 2000 dólares onza. Con una demanda que espera se mantenga alta, en especial por el escenario general más alllá de la pandemia, con crisis económica global y tipos de interés en negativo que han llegado para quedarse.

Para el analista técnico de Estrategias de Inversión José Antonio González el oro “ rebota al alza a partir de su media móvil simple de 40 periodos o de medio plazo, cuya pendiente es incuestionablemente alcista, manteniendo la presión sobre la viabilidad de la resistencia significativa que se proyecta a partir de los 1.788, ello una vez ha logrado normalizar excesos alcistas o sobrecompra en osciladores sin que su incuestionable estructura creciente de fondo se haya visto alterada”.

 

 

Oro en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje (ventana central superior), MACD (ventana central inferior) y volumen de contratación (ventana inferior)

A la situación financiera y fiscal a la que se enfrentan los países se une la inestabilidad geopolítica que sigue teniendo el foco puesto en los dos gigantes. Las diferencias no sabemos si irreconciliables entre Estados Unidos y China, ahora con el último episodio a cuenta de Hong Kong, potencian el peso del oro en el interés de los inversores . En último término la búsqueda de protección ante la incertidumbre mundial es el caldo de cultivo para aumentar su peso en las carteras. 

Según nuestros indicadores premium, el oro es más que recomendable. Con una puntuación de 8,5 sobre 10, aunque revisada ligeramente a la baja, tendencia y momento así como volumen a medio plazo en positivo y volatilidad decreciente.

 

 

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