El Oro al contado baja en la mañana de este martes un 0,2%, hasta los 1.975,71 dólares la onza, mientras que los Futuros del oro estadounidense ceden un 0,1%, hasta los 1.980,10 dólares. Ayer, el metal amarillo superó los 2.000 dólares por primera vez en un año después de que el rescate de Credit Suisse, absorbido por UBS, llevara a los inversores a buscar activos refugio.
“El oro cotizó por encima de los 2.000 dólares por primera vez desde marzo del año pasado y sólo el quinto día anterior, un movimiento que hará que los operadores hablen de la perspectiva de máximos históricos en un futuro no muy lejano”, señala Craig Erlam, analista de mercado sénior de OANDA. “El metal amarillo se ha visto impulsado por unos rendimientos [de los bonos] más bajos, un dólar más blando y una huida en busca de seguridad durante las dos últimas semanas”.
“La próxima prueba de su optimismo puede llegar el miércoles”, con la reunión de política monetaria de la Reserva Federal, pero no tanto por la decisión de los tipos de interés en sí misma, cree Erlam, “sino por lo que Powell tenga que decir sobre el camino a seguir”. “Su homólogo en el BCE optó por mantenerse hermético sobre futuros movimientos y un enfoque similar por parte de la Fed podría ver al oro repuntar una vez más”, recuerda el experto de OANDA.
Según la herramienta FedWatch de CME, los mercados están valorando en un 25,5% la posibilidad de que la Fed se quede quieta al final de su reunión de marzo, con un 74,5% de posibilidades de una subida de 25 puntos básicos de los tipos de interés.
“Esperamos que el oro mantenga las ganancias de la semana pasada en esta época de turbulencias”, apunta Nitesh Shah, director de materias primas y análisis macroeconómico de WisdomTree. “El principal riesgo a corto plazo para el oro en estos momentos no es que la confianza del mercado se recupere rápidamente, sino que se produzca un colapso más amplio del mercado que podría impulsar la venta de oro para obtener liquidez con la que hacer frente a otras obligaciones (como las peticiones de márgenes”).
Pero incluso en ese caso, “es probable que el oro se recupere con el tiempo, ya que otros inversores comprarán el metal para reforzar sus coberturas defensivas”, apunta Shah.
El oro se considera un refugio seguro en tiempos de incertidumbre financiera, y la bajada de los tipos de interés hace que los lingotes sin rendimiento sean más atractivos al reducir el coste de oportunidad de mantenerlos.