De mantener estos descensos el metal dorado conseguirá cerrar el año en terreno negativo después de registrar 12 años de racha alcista.



El oro subió el pasado viernes un 1% hasta alcanzar los 1.251,3 dólares la onza, en medio de una jornada dónde el dólar descendía un 0,09% en comparación a la cesta dónde se incluyen las principales divisas y ante un contexto de recuperación económica de Estados Unidos lo que se traduciría en una reducción de estímulos monetarios por parte de la Reserva Federal.

Durante este año el metal precioso se ha dejado un 25% de su valor inicial, durante las últimas semana el precio de la onza se ha quedado por debajo de los 1.300 dólares la onza, cotizando dentro de un movimiento lateral en los últimos días de noviembre.

Ante estos movimientos bajistas debemos fijarnos en los soportes que el precio se encontrara por el camino cuya primera parada podría situarse en los 1.200 dólares, mínimos registrados en julio de este año. En el caso de que el metal abandonara su tendencia a corto plazo bajista debería enfrentarse a los niveles comprendidos entre los 1.255 y los 1.290 dólares la onza.

Por otro lado, la plata sigue los pasos de su "hermano mayor" y a pesar de subir el viernes pasado un 1,37% hasta los 19,96 dólares la onza. El metal ha descendido este mes un 8,7% lo que supone la mayor caída mensual desde el mes de junio de este año.

Ante este escenario... ¿Podrá el oro aliviar las pérdidas anuales durante el mes de diciembre? ¿Definitivamente ha cambiado de tendencia el metal o aún cabe esperanza para atacar a los máximos?

"Estas son las cuestiones y en vuestra mano quedan las resoluciones"