Oro ya es casi neutro en el año. Desde sus máximos por encima de los 2.078 dólares el pasado mes de marzo, el 8 en concreto, a cuenta de la mala lectura de los precios del crudo desatados en los mercados internacionales, no ha vuelto a retomar esos niveles y son muchos los que opinan que, a pesar de la inestabilidad del mercado, el gran ganador esta vez como activo refugio, no será el oro.

En el caso de Commerzbank destaca que "después de cuatro semanas consecutivas de salidas de los ETF de oro rastreados por Bloomberg, las entradas (de poco menos de cuatro toneladas) se registraron nuevamente en el balance la semana pasada. Los inversores financieros especulativos también parecen más abiertos al oro últimamente, ampliando sus posiciones largas netas en un 40% a 61.000 contratos semanales”.

Y confían en que la elevada inflación de la eurozona, ese flash de mayo del 8,1% mantengan al oro como valor refugio, con niveles de precios que se mantienen en niveles más que elevados.

Pero lo cierto es que el lingote sigue bajando, un 10% desde mediados de marzo, su peor desempeño tras los máximos acumulados tras la asunción de la guerra de Rusia contra Ucrania por parte de los mercados financieros, en especial al descartar, aunque siempre latente, que se pudiera producir un conflicto bélico a mayor escala.

Pero el momento no es negativo para el oro, en especial con un escenario de estanflación en el ambiente que podría beneficiar y mucho al oro en su cotización, y reconvertirlo en alcista. Esa es la opinión vertida por Gregor Gregersen, fundador de Silver Bullion. A su juicio “tras de décadas de gasto deficitario masivo y políticas monetarias ultralaxas, nos dirigimos hacia un período de estanflación. En este tipo de entorno, los activos seguros como el oro, son algunas de las mejores cosas que puedes tener". 

En su gráfica de cotización comprobamos como en la última semana bursátil el oro apenas sube un 1% y algo más, un 1,12% en el mes, para perder un 9,7% en el trimestre. En lo que va de año apenas recupera un 1,5% en su precio.

Y además se da la circunstancia de que, en algunos lugares, como en el caso de la India, estamos ante un momento propicio de importación de oro. Solo en mayo, las importaciones han crecido un 677%, frente al año anterior, alcanzando el nivel más alto del año. Uno de sus famosos festivales, el denominado Akshaya Tritiya donde se imponen las joyas, al considerarse la compra de oro como de buen augurio ha propiciado estas adquisiciones. También porque empieza la temporada de bodas, que impulsa la compra de minorista de joyas del metal precios. Y es que no olvidemos que se trata del segundo país mayor consumidor de lingotes del mundo, que podría ayudar a respaldar su precio en el mercado.

En concreto La India importó en mayo 101 toneladas de oro frente a las apenas 13 toneladas registradas por el país en su compra del pasado año en el quinto mes del ejercicio hasta los 5.830 millones de dólares, frente a los 678 millones de dólares de mayo de 2021.

Por el contrario, desde Estados Unidos la fábrica de moneda del país ha vendido 147.000 onzas de oro en varias denominaciones de sus monedas de lingotes American Eagle Gold, en la mayor operación que se recuerda desde 2010. En comparación con abril, sin embargo, las ventas aumentaron un 67%, todo ello para una demanda de lingotes que aumentó un 617%.

De hecho, eliminando los problemas de producción derivados de la pandemia, las ventas de lingotes de oro en EEUU se han elevado más de un 400% en cinco años entre 2015 y 2019. Ventas, que según los analistas reflejan mejor la ansiedad que sienten los inversores en este momento. Y es que en la psicología de los inversores si comienzan a escuchar la palabra recesión, el oro entra en modo valor refugio y empieza a tener sentido la fuerte venta de lingotes.

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