El refugio tradicional de los inversores se ha convertido en la casa donde vivir. El oro ya no es ese lugar intermitente donde se llegaba en un momento determinado, por las complicaciones geopolíticas y económicas que derivaban en crisis significativas, sino que se está convirtiendo, a través por ejemplo de instrumentos como los ETFs, en una inversión decisiva y estructural en los mercados financieros, con permiso del dólar.
Porque esa es la primera razón del fuerte repunte que está experimentando el oro y que le está llevando en este extraño verano dominado por el coronavirus, a revalorizarse por encima del 7%, a sobrepasar por primera vez en nueve años los 2.000 dólares la onza, dejando atrás las previsiones, que por ejemplo, hace tan sólo unos días mantenían Citi o ABN Amro que pronosticaban que esa cota en su cotización se sobrepasaría....en 2021.
La realidad ha roto todas las previsiones, con el dólar también como protagonista necesario pero involuntario, y como vemos el oro sube en vertical, aunque desde Julius Baer se indica que el mercado ahora mismo no lo está tanto para los inversores conservadores que buscan refugio en el metal precioso y sí para los que hacen trading a corto plazo, ante el elevado precio del valor, que creen está ya muy caro.
La debilidad de la moneda por excelencia, amplificada por los acontecimientos, con Donald Trump poniendo en marcha las ayudas económicas para los desempleados, como las prestaciones de 400 dólares por desempleo o la moratoria de los desahucios ante la incapacidad del Congreso norteamericano para ponerse de acuerdo se une a las tensiones crecientes con China, o al mantenimiento de la tensión ante el aumento global de los casos de Covid-19. Sin vacuna, dicen los expertos, el oro puede seguir subiendo alcanzando nuevas cotas sin resistencias de consideración, por lo de siempre: la incertidumbre envuelve al dinero, cobarde por naturaleza en busca de refugio.
Esta semana los inversores estarán muy atentos a un dato clave para ver el nivel de recuperación: el informe de empleo estadounidense que marcará el efecto pandemia en su mercado laboral para saber si lo peor ha pasado. Señala JPMorgan que los inversores conservadores y de mayor edad son los que se decantan por el oro frente al bitcoin que prefieren los más jóvenes, todo con la ayuda del dólar, que no nos cansamos de repetir, es el verdadero impulsor en su cotización.
Desde Kitco Metals también advierten que estas subidas exponenciales pueden tener su reverso tenebroso: la sobrecompra a corto plazo, con máximos que también por ejemplo llegan a la plata, pueden corresponderse con mayores correcciones basadas además en una fuerte volatilidad cuando se produzcan. Es decir con avances de esta cuantía, el descenso también puede ser vertiginoso.
Según nuestros indicadores premium, el oro, en modo alcista, acumula una puntuación de 8 sobre 10 puntos posibles. Con tendencia alcista a medio y largo plazo, momento total rápido y lento en positivo y volumen a medio plazo que sigue siendo creciente. Entre los puntos negativos, El volumen a largo que ha decaido y la volatilidad, muy persistente medida en el rango de amplitud, que sigue siendo creciente tanto a medio como a largo plazo.
Sigue en directo la cotización de Oro