Los últimos datos de Inverco de 2023 muestra una fuerte discrepancia entre las categorías más rentables y las que más captaciones tuvieron. ¿A qué cree que se debe esto? 
 

Creo que lo que ha ocurrido en 2023 es que hemos tenido un contexto en el que había mucha dispersión, incluso en los mercados de renta variable. Ha habido una gran parte de valores que son los que han tirado de los índices, es verdad que a finales de octubre se sumaron otros valores como la renta variable europea y otras zonas geográficas, como Vietnam o la India. Pero se han dado dos circunstancias:

1) El inversor español es fundamentalmente conservador y quería estar poco expuesto a los ruidos que había. No olvidemos la frase de “los tipos estarán altos durante más tiempo” en un entorno de inflación al alza que hizo que el ahorrador tuviera miedo de sufrir lo que sufrió en 2022 con los mercados de renta variable. A pesar de ello, el ahorrador prefería estar en categorías más defensivos. Es verdad que a pesar de que la rentabilidad media de la categoría estuvo por debajo del 3% hubo muchos inversores que optaron por la opción del monetario y poco a poco, por la renta fija.

2) Las redes de bancas comerciales y privadas empujando una serie de productos, especialmente de deuda de corto, medio y largo plazo. Otra categoría que ha captado mucho dinero es la de fondos con rentabilidad objetivo – que no hay que confundir con fondos garantizados. Hemos visto cómo la comercialización – que es distinto del asesoramiento – son los activos que más han captado y luego las bolsas de liquidez que ha optado por los productos más defensivos y ha llevado a que mucha gente, a pesar de haber sido un ejercicio muy positivo tanto en la parte de renta variable como de renta fija, hayan perdido muy buenas ideas. 

Es llamativo que la categoría de la bolsa española ha tenido reembolsos cuando ha sido una de las que ha terminado bastante bien. 


2023 dio una buena señal de entrada en la renta fija pero ¿2024 es un año para ser bonista o accionista?

La oportunidad de la renta fija el pasado año era indiscutible. Vimos como muchas compañías por el mero hecho de prestar el dinero entre la combinación del precio más el cupón estaban ofreciendo unas TIRes interesantísimas, sobre todo en tramos cortos y medios. Fue una oportunidad de las pocas se ven en muchos años y estaba la duda de si era mejor ser acreedor o accionista de las compañías. Nosotros lo vimos muy claro. Había que estar en renta variable y también apostar por la parte corta de la renta fija. ¿Ahora se llega tarde? No. Es verdad que quizás no haya tantas oportunidades en la parte de deuda corporativa de grado de inversión pero será un año bonito. Quizás la duda es la parte de deuda ¿Investment grade o high yield? El high yield o la deuda subordinada pagan muy bien pero tenemos que asumir un riesgo coherente en el binomio rentabilidad – riesgo en un entorno de desaceleración económica. Está claro que este 2024 habrá bajadas de tipos de interés y desaceleración económica, aunque las lecturas entre economías sean diferentes, y creo que la renta fija corporativa merece la pena. 

El High Yield es interesante pero hay que ser muy selectivo porque los tipos de interés siguen siendo altos. Hay empresas que tienen que refinanciar la deuda y lo harán a tipos más latos y además habrá que ver cómo impacta la desaceleración económica en la cuenta de resultados de estas compañías. No me extrañaría que repuntaran las tasas de default. Así que hay que ser selectivos. En deuda pública hay que tener en cuenta cuándo se producirán las bajadas de tipos pero, sobre todo, que donde está el endeudamiento está en la parte pública. Tienen que emitir mucha deuda al mercado y eso puede presionar en un contexto en que los bancos centrales empiezan a drenar liquidez. Interesante la deuda pero eso no quita que haya mercados de renta variable que lo puedan hacer bien. 

El mix de ser acreedor y accionista es interesante. En renta variable no todo vale. Aunque no hay gangas, hay mercados que ofrecen oportunidades. Hay mucha liquidez todavía, que es el principal motor que sostiene a los mercados de capital, los beneficios por acción se algunas compañías se siguen revisando al alza y sorprendiendo y, por último, hay compañías que tienen negocios muy estables y siguen premiando al accionista vía dividendos pero también vía recompra de acciones, que puede ayudar que la renta variable lo pueda hacer bien. 


¿Cómo estáis protegiendo las carteras de un escenario de bajo crecimiento y tipos de interés a la baja? 

Fundamentalmente dos vías. Por un lado, monetarios o cuasimonetarios. La liquidez paga después de años en los que por prestar dinero había que pagar. Una forma de proteger al ahorrador es tener una parte de la cartera en monetarios en Euro y muy competitivos. Fondos como el DWS Floating Rate note es un producto que sólo en lo que llevamos de 2024 ya supera una rentabilidad del 0,40% y que se aprovecha de los movimientos de los bonos a muy corto plazo. Otro fondo es el Dunas Valor Prudente, que obtiene un rendimiento por encima del 0,30%. ES una forma de protegernos. Si nos vamos a monetarios puros un producto como el el Pictet Sovereign Short Term Money Market tiene expectativa de rentabilidad en torno al 3-3,5%. Un producto que invierte en deuda pública de ultra corto plazo y con unas comisiones muy competitivas.  

La segunda forma de protegernos es con la deuda corporativa en empresas que sean estables y que estén generando flujos de caja que, por normativa, siempre respetarán antes a los acreedores que a los accionistas. Hay fondos que aportan mucho valor como el AXA Euro Credit Total Return elige las mejores ideas de deuda corporativa europeas y hace gestión activa, no sólo bond picking, sino que gestionan la duración y además hace cobertura a través de CDS.- Todo eso, bien hecho, está sumando. El Buy and Hold Bonds está en le primer cuartil de esu categoría y suma debido a la selección de activos tanto de deuda corporativa como la deuda pública. 

Elegir renta variable de compañías con visibilidad de negocio. En un contexto de desaceleración económica y de tipos altos es clave que la empresa no esté muy endeudada, ver ratios de apalancamiento pero también ver el negocio que hacen y que sea capaz de tener un beneficio por acción interesante e incluso algo superior a los analistas. 

Por último, salvo para los inversores agresivos, para los perfiles conservadores y equilibrados hemos reducido algo la exposición por debajo de la neutralidad.