El IBEX 35 ha caído un 2,12% al cierre hasta marcar 9.285,00 puntos. Es la tercera sesión en rojo para el índice, que el lunes cerró en máximos anuales de 9.644,80 puntos.

Los mayores castigos en la sesión de este jueves han sido para IAG (Iberia), MERLIN Properties e Inmobiliaria Colonial, con caída que han superado el 4%. También fuertes retrocesos para el gran peso pesado del índice, Inditex (-3,89%). Solo un valor del Ibex 35 ha escapado de los números rojos; ha sido Indra, con un alza del 0,51%.

No ha logrado escapar de la penalización Iberdrola, en una jornada en la que los inversores han visto como los analistas de Goldman Sachs han recortado su consejo hasta ‘neutral’, desde el anterior de ‘comprar’, si bien ha dejado sin cambios el precio objetivo. La energética que preside Ignacio Galán se dispone mañana a descontar del precio de su acción el dividendo, por lo que hoy era el último día para comprar acciones y tener derecho a recibirlo.

También en lo que se refiere a las recomendaciones de los analistas, los analistas de Barclays han elevado el precio objetivo de Amadeus, uno de los mejores valores del Ibex 35 en lo que va de año, pasando de 70 a 75 euros. La nueva valoración supone un potencial alcista de un 15% respecto a su actual cotización.

Uno de los pocos valores de la Bolsa española que ha logrado escapar del castigo ha sido Indra. El análisis técnico del valor muestra elementos favorables para recuperar un 9,12%, según el estratega de mercados Ramón Bermejo.

Otro de los valores protagonistas de la jornada ha sido Sacyr. Según los datos publicados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Bank of America habría vuelto al accionariado de Sacyr tras su salida a finales del mes de mayo, en esta ocasión con una participación del 5,095%, convirtiéndose en el octavo accionista mayoritario de la compañía.

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Lo cierto, es que ya durante la mañana la Bolsa se había mostrado débil, con los inversores rumiando las actas de la última reunión de política monetaria de la Reserva Federal, que dejaron bastante a las claras que la mayoría de funcionarios de la institución apuestan por que la decisión de mantener los tipos en junio haya sido solo una pausa en el camino de un mayor endurecimiento monetario.

Estas perspectivas no han hecho sino confirmarse a media tarde, cuando se han conocido unos datos de empleo del sector privado estadounidense que muestran que el mercado laboral sigue sin enfriarse. Según el informe ADP, los empleos en el sector privado aumentaron en 497.000 durante el mes, muy por encima de la ganancia revisada a la baja de 267.000 en mayo y mucho mejor que la estimación del consenso Dow Jones de 220.000. Es además la mayor ganancia mensual desde julio de 2022.

La remuneración anual aumentó a una tasa del 6,4%, lo que representa una desaceleración continua que, sin embargo, aún es indicativa de las presiones inflacionistas a las que se enfrenta la mayor economía del mundo.

La respuesta de Wall Street ha sido inmediata, con una apertura de los grandes índices neoyorquinos teñida de rojo. A media sesión el Dow Jones acelera las caídas y se deja ya cerca de 500 puntos, aunque el mayor castigo es para el Nasdaq de fuerte componente tecnológico.

El pesimismo se ha trasladado a las principales plazas bursátiles europeas, que se han visto penalizadas esta semana también por los débiles datos macro. El EURO STOXX 50, principal índice del Viejo Continente, ha cerrado con una caída de un 2,94% hasta los 4.222 puntos. El DAX alemán se ha dejado un 2,60%, mientras que en París el CAC 40 ha retrocedido un 3,13% y en Londres el FTSE 100 ha retrocedido un 2,15%.

Durante la jornada asiática, fuertes caídas para el Hang Seng de Hong Kong que superaron el 3% hasta los 18.150 puntos mientras que los descensos también se centraron en un Nikkei 225 de Tokio que, al cierre, recortó un 1,7% hasta los 32.773 puntos. Preocupaciones que parten además por el posible recrudecimiento de la tensión tecnológica entre China y Estados Unidos después de las restricciones de Pekín sobre el galio y el germanio, indicando un alto funcionario chino, que ese es solo el primer paso.

La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, ha viajado hoy mismo a Beijing para intentar limar asperezas, pero los analistas hablan ya de una nueva guerra tecnológica entre las dos mayores economías del mundo.

En los mercados de renta fija, la jornada viene marcada por un fuerte repunte en las rentabilidades de los bonos soberanos. En España, la rentabilidad del bono a diez años escala un 4,45% hasta marcar un 3,689%, dejando la prima de riesgo respecto a su homólogo alemán en 106,40 puntos. Al otro lado del Atlántico, los datos de empleo de EEUU se han traducido en un fuerte salto del rendimiento del bono de referencia a diez años, que supera el 4%. El papel a dos años supera el 5%, en máximos desde 2007.

En las materias primas, los precios del petróleo habían amanecido al alza tras la promesa de Arabia Saudí de que “hará todo lo necesario” para sostener el precio del barril. Sin embargo, estas ganancias se han evaporado también ante el miedo a la Fed estadounidense, llevando al Brent de referencia en Europa a bajar ya un 1,6% hasta los 75,64 dólares por barril. Los futuros del petróleo estadounidense bajan un 1,69%, en 70,87 dólares.

En las divisas, el euro borra parte de sus avances frente al dólar, aunque sube todavía un 0,09% hasta un cruce de 1,0867 dólares por cada moneda comunitaria.