El IBEX 35 retrocede un 1,07% en la sesión de este viernes, la última del año, hasta quedarse en 8.229,10 puntos. En el conjunto del año el castigo es de un 5,56%, no obstante menor que los que han recibido sus homólogos europeos, que han alcanzado los dobles dígitos. El índice ha retrocedido un 1,60% en diciembre.
Buena parte de la culpa de este comportamiento mejor que sus pares europeos la tiene el fuerte peso del sector bancario doméstico en el selectivo. Valores como Caixabank y Banco Sabadell han rozado un 60% de revalorización en 2022, favorecidos por las expectativas de más subidas en los tipos de interés que den un impulso extra a sus márgenes tras años de tipos negativos. En el sector de la energía, Repsol ha sido el otro gran protagonista, con una subida de más de un 50%.
En el otro extremo de la tabla, Fluidra ha sido el valor más castigado del año, muy penalizado por las expectativas de una recesión en EEUU, uno de sus principales mercados. La compañía especializada en el negocio de piscinas ha caído más de un 50% este año.
En lo que se refiere a la jornada de este viernes, los mayores descensos han sido para IAG (Iberia) (-2,66%) que tras el amago de rebote en noviembre ha vuelto a las andadas en diciembre, con una caída acumulada de más de un 10%. También caídas destacadas para Unicaja Banco, último valor en incorporarse al Ibex 35, y que ha bajado un 2,55%.
En el lado de los avances, Caixabank ha subido un 0,38%, mientras que Fluidra se ha anotado un 0,28%. Han sido los dos únicos valores en positivo hoy.
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En el resto de plazas europeas, los números rojos también han sido la nota dominante en una jornada de escasos volúmenes, teniendo en cuenta que algunas plazas incluso han celebrado solo media sesión con motivo de la nochevieja. El EURO STOXX 50 ha caído un 1,41% hasta los 3.795 puntos, por el 1,56% que se ha dejado el DAX alemán. En París el CAC 40 ha cedido un 1,52% y en Londres el FTSE 100 un 0,56%.
“La renta variable está un poco más baja en el último día de negociación del año, pero en términos generales, durante la última semana no ha habido ningún desarrollo, sólo una negociación entrecortada sin convicción ni dirección”, señala Craig Erlam, analista de OANDA. “Parece que los inversores se posicionan para un primer trimestre de gran incertidumbre, lo que es más o menos acertado”.
El desánimo ha sido la nota predominante ante las preocupantes noticias llegadas desde China. Si a principios de semana las informaciones sobre la relajación de las medidas Covid en el gigante asiático eran celebradas por los mercados, según han ido avanzando los días ha aumentado la preocupación ante el aumento de los contagios en el país, despertando viejos temores de los inversores.
El CSI 300 de China ha cerrado el año con una caída de un 21%, mientras que en Japón el Nikkei 225 de Tokio se ha dejado un 9,5% en el conjunto del ejercicio, a pesar de que hoy sí ha logrado cerrar al alza, con una subida de un 0,83%.
Tampoco Wall Street levanta cabeza, con las subidas de ayer convirtiéndose en un espejismo a medida que los inversores van concienciándose de que la reserva Federal todavía no ha parado de subir los tipos de interés. El mercado da por descontada una recesión en la mayor economía del mundo, pero la gran pregunta es si será leve o profunda.
Los tres principales índices neoyorquinos se encaminan hacia su peor año desde 2008, a punto de romper una racha de tres años de ganancias. El DOW JONES fue el mejor de los índices en 2022, con un descenso del 8,58%, mientras que el S&P 500 y el NASDAQ 100, de fuerte componente tecnológico, cayeron un 19,24% y un 33,03%, respectivamente.
A pesar de las pérdidas anuales, el Dow va camino de registrar una ganancia trimestral del 15,65% y está preparado para romper una racha de tres trimestres de pérdidas. También se encamina a su mejor trimestre desde el segundo trimestre de 2020. El S&P sube un 7,35% y se dispone a romper tres pérdidas trimestrales consecutivas. El Nasdaq cede un 0,92% y encadena su cuarto trimestre consecutivo en negativo por primera vez desde 2001.
En el apartado macroeconómico, hoy los inversores han conocido que el IPC de España moderó sus alzas en diciembre hasta una tasa interanual del 5,8%, de acuerdo con el dato preliminar publicado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE). No obstante, la inflación subyacente, que excluye los más volátiles precios de los alimentos frescos y la energía, se aceleró hasta el 6,9%, dejando claro por si había alguna duda de que todavía queda mucho trabajo por hacer por parte del Banco Central Europeo (BCE). El dato del conjunto de la eurozona se conocerá la próxima semana.
En los mercados de renta fija, la prima de riesgo española despide el año en 107,45 puntos, con el bono español de deuda a diez años ofreciendo una rentabilidad de un 3,60%, por el 2,52% que paga el bund alemán al mismo plazo. Al otro lado del Atlántico, la rentabilidad del bono estadounidense a diez años ofrece un 3,88%.
En los mercados de materias primas, los precios del petróleo suben este viernes después de una racha de tres días de descensos debido a la preocupación por el aumento de las reservas de crudo y el temor a que el aumento de las infecciones por Covid-19 en China frene la demanda en uno de los principales importadores de petróleo del mundo.
Los Futuros del petróleo Brent de referencia en Europa suben un 1,53% hasta los 84,10 dólares el barril, mientras que el West Texas se paga a 78,88 dólares por barril, una subida del 1,40%. “De cara a 2023, los riesgos se inclinan posiblemente al alza, aunque esa ha sido la narrativa durante gran parte del año y, sin embargo, vamos camino de terminarlo no muy lejos de donde empezamos”, señala Erlam.
“Aunque los productores por fin se han puesto al día con la demanda postpandémica, el año que viene persisten otros riesgos, sobre todo la producción rusa en medio del nuevo tope de precios y sus amenazas de recortar la producción y no abastecer a los países que lo acaten”.
El euro sube un 0,12% en su cruce frente al dólar hasta establecer el tipo de cambio en 1,0676 dólares por cada moneda comunitaria. El cruce parece haber estabilizado después de que durante partes del año el euro llegase a perder la paridad con el billete verde.