El resto del sector también se ha movido a la baja, aunque los únicos que han resistido han sido Bankinter y Caixabank. Mención aparte merece el primero de ellos que ha vuelto a subir por segundo día consecutivo, lo cual hace que haya conquistado un nuevo máximo histórico. Desde luego, es el banco que no sólo se ha salvado del desastre en los últimos tiempos, teniendo en cuenta también los periodos correctivos, y que la verticalidad del último movimiento parece no tener fin.
Muy lastrados durante el día también han estado los valores relacionados con las materias primas o recursos básicos. Como muestra de ello, ArcelorMittal, que se ha dejado más de un 5%. En la misma sintonía se han movido Acerinox y Repsol, que han perdido hoy más de un punto porcentual.
Del lado de las subidas y como variable determinante para el cierre en positivo, aunque tampoco para tirar cohetes, se encuentra Grifols, después de las caídas de los últimos días, que ha repuntado más de un 5%. Por su parte, Viscofan, Enagás, Red Eléctrica o Merlin Properties han terminado en lo más alto de la tabla.
Sin embargo, el factor determinante que sigue estando de fondo en los mercados es la actuación del Banco Central Europeo. Es el catalizador que ha terminado de dar alas a todos los mercados europeos y en especial al español, con una ponderación del sector bancario por encima de la media.
Y es que la principal institución monetaria del Viejo Continente tomó la decisión de ampliar su programa de flexibilización cuantitativa a partir de abril del próximo año hasta diciembre del 2017. Con todo, las compras pasarán a ser de los 80.000 millones de euros actuales hasta 60.000 millones de euros. Pero esto se digirió como algo positivo para la industria financiera al abrirse la posibilidad de una reducción de los estímulos a partir de 2018.
Ya con más tranquilidad parece que la teoría predominante es que el BCE, contra lo que decían los alemanes que todo parece indicar votaron en contra, ha querido poner una especie de cortina de seguridad para todo el año que viene, ante el lio político que se avecina. Elecciones conflictivas en Italia, Alemania y Francia. En todos ellos partidos populistas, de extrema izquierda o derecha con posibilidades de tocar poder, y con programas políticos irreales y peligrosos. El organismo lo tiene claro, pone su manto protector, y en el año 2018 ya veremos.
Porque los alemanes en el 2018 ponen la cabeza de Draghi en cuestión como siga con esto. Algunos bancos, como Danske ya se atreven a pronosticar cómo será el fin de la QE, es decir cómo será el tapering.