Doctores Espinosa y Martos
El Hospital Quirónsalud Córdoba ha incorporado la medición del volumen renal mediante resonancia magnética, una prueba imprescindible para analizar y calcular de manera rápida y segura el pronóstico en la poliquistosis renal autosómica dominante (PQRAD), según ha afirmado el doctor Mario Espinosa, especialista del servicio de Nefrología del centro.
El doctor Espinosa ha explicado que la poliquistosis renal autosómica dominante (PQRAD) es la enfermedad renal hereditaria más frecuente, con una prevalencia global de un caso cada mil personas, siendo una de las primeras causas de insuficiencia renal terminal en el mundo. Recientes estudios establecen que la prevalencia es de 61/100.000 habitantes, incluso se estima que hay muchos casos sin diagnosticar, pues se considera que está diagnosticada sólo en una cuarta parte de los pacientes de PQRAD.
Se trata de una enfermedad genética autosómica dominante, lo que significa, ha indicado el doctor Espinosa, que pueden heredarla la mitad de los hijos. La manifestación clínica más característica es la formación de quistes renales que a lo largo de la vida van aumentando en número y tamaño, pudiendo aparecer con el transcurso de los años litiasis, hipertensión arterial, hematuria e insuficiencia renal, que es “la manifestación más severa de la enfermedad”.
El 50% de los pacientes con PQRAD precisan terapia renal sustitutiva (diálisis o trasplante) a una edad media de 57 años. En otros pacientes el curso es bastante benigno no ocasionando graves problemas de salud a lo largo de la vida, por tanto, determinar el pronóstico de la enfermedad “es fundamental para el paciente y, por supuesto, para llevar a cabo el mejor manejo de ésta, y hoy en día, la mejor manera de predecir esta evolución o este pronóstico es midiendo el volumen renal mediante resonancia magnética”.
Por su parte, el doctor José María Martos, especialista del servicio de Diagnóstico por la Imagen del Hospital Quirónsalud Córdoba ha señalado que “se realiza una resonancia magnética de abdomen del paciente, en la que se incluyen imágenes en los tres planos del espacio, incluyendo ambos riñones en su totalidad”. Una vez que se obtienen las imágenes, el radiólogo pasa a calcular el volumen de cada riñón, utilizando varios métodos a su disposición para, posteriormente, calcular el volumen renal total (la suma de los volúmenes de cada riñón). Dicho dato “se ajusta según la altura de cada paciente y se obtiene un valor que permite predecir cuánto van a crecer los riñones cada año y el riesgo de deterioro de la función renal”.
El doctor Martos ha recordado que la resonancia magnética es una prueba segura, que no utiliza radiaciones ionizantes, y, además, en este caso se realiza sin contraste intravenoso, por lo que desaparecen los riesgos asociados a su utilización.