"La revolución americana del esquisto ha tenido un efecto transformacional en la economía estadounidense y en la economía global en los últimos años. Los precios bajos de la energía son clave en la economía estadounidense", indica Francisco Blanch, de Bank of America, en declaraciones recogidas por Bloomberg.
El fracking, práctica extendida en algunos estados como Pensilvania o Dakota del Norte, ha ayudado a impulsar los niveles de producción de gas natural de Estados Unidos a nuevos máximos. En este contexto, "Estados Unidos consolidará su posición como mayor productor mundial en los próximos meses si el regreso del suministro libio limita la necesidad de barriles saudíes", vaticina Julian Lee, estratega colaborador de Bloomberg.
L.G.