El Foro de Industria y Energía (FIE) ha hecho un llamamiento a la Unión Europea para poner en marcha una política energética común con la que hacer frente a la escalada de precios energéticos derivada del conflicto en Ucrania.
Desde el FIE reclaman a la Unión Europea que, en un momento de crisis como el actual, apuesten por garantizar "unos costes energéticos asumibles para la industria y los hogares".
En los últimos días, en el marco de ruptura de las relaciones económicas con Rusia, la Comisión Europea ha propuesto un plan para acelerar la transición energética y que Europa sea independiente de los combustibles fósiles rusos mucho antes de 2030, empezando por el gas.
El conjunto de medidas propuesto pretende responder al aumento de los precios de la energía en Europa, así como reconstituir las reservas de gas de cara al próximo invierno. Las autoridades europeas se abren además a la posibilidad de regular los precios.
Junto a estas acciones, el Foro Industria y Energía ha instado también al impulso de políticas a nivel nacional y supranacional que ayuden a "mejorar la competitividad de la industria" en esta etapa de transición; "más aún ante la amenaza de un proceso largo de inflación", han añadido desde el FIE.
"El conflicto ucraniano confirma que el proceso de transición ecológica será largo, no exento de inconvenientes, lo que reafirma la necesidad de coordinar política industrial y energética a través de una estrategia de aprovisionamiento de energía suficiente a costes razonables", ha explicado Javier Santacruz, economista y miembro del FIE.
En la misma línea se ha pronunciado Nuria G. Rabanal, directora de la cátedra de Seguridad y Defensa de la Universidad de León y miembro del FIE, que ha destacado la importancia de que la UE trabaje en áreas como "la desregulación, la formación de precios, la suficiencia de autoabastecimiento, la conectividad de redes de transporte, la innovación y el desarrollo sostenible".
La invasión de Ucrania ya está provocando consecuencias para la industria española y europea. "Los efectos van más allá de lo estimado, ya que la industria es el engranaje del aparato económico entre el sector primario y terciario, así como el sector que más empleo estable genera", ha señalado Rabanal.
Se calcula, por lo tanto, que "su shock tendrá consecuencias graves sobre el abastecimiento, la competitividad, la inflación, el empleo o el consumo".
LAS MEDIDAS TEMPORALES NO RESOLVERÁN EL PROBLEMA DE FONDO
"Cualquier medida temporal que reduzca los costes de producción será bienvenida, pero el trabajo de fondo que hay que acometer por parte de la Unión Europea y España es inmenso", ha apuntado Nuria G. Rabanal.
La alta dependencia energética de Rusia sitúa a la UE en una posición de vulnerabilidad, con cerca del 60% del consumo energético procedente de este país, lo que supone un impacto directo en la escalada de precios y que no se resolverá a corto plazo.
Para hacer frente a la nueva realidad geopolítica y a la espiral inflacionista de los costes energéticos, la Comisión Europea ya ha incluído entre sus medidas otorgar ayudas o rebajas de impuestos a consumidores vulnerables y pequeñas empresas pero, "no es suficiente si no se desarrolla una capacidad de almacenamiento amplia y autónoma", tal y como ha mencionado Javier Santacruz.
"Hay que tratar que estas medidas coyunturales no cierren en falso el grave problema energético", han concluído desde FIE.