La cotización del euro frente al dólar llegó a bajar en la jornada del pasado miércoles hasta los 1,0499 dólares, lo que supone el nivel más bajo desde el inicio del año. De hecho, el cruce entre ambas divisas no era tan bajo desde el pasado 6 de diciembre de 2022, cuando se encontraba en 1,0469 dólares por cada euro.

La moneda única ha ido perdiendo terreno desde que a mediados de julio alcanzó máximos anuales por encima de los 1,12 dólares, cuando las especulaciones del mercado apuntaban a que la Reserva Federal estaba llegando a su techo de tipos de interés, mientras que al Banco Central Europeo (BCE) le quedaba terreno por delante para seguir endureciendo la política monetaria. Se encuentra, sin embargo, todavía por encima de los niveles de hace un año, cuando se encontraba por debajo de la paridad frente al dólar. 

“El euro/dólar cerca de 1,05 sugeriría que se ha perdido mucha confianza en el euro”, señala Chris Turner, analista de ING Research, en un informe. Sin embargo, el euro ponderado en función del comercio del Banco Central Europeo está sólo un 2,5% por debajo de sus máximos de julio”. 

Fortaleza del dólar

Y es que buena parte del relato responde a la fortaleza del dólar frente a sus principales rivales internacionales, y no solo al euro, rebotando alrededor de un 7% desde sus mínimos de julio. En el centro de este movimiento está el fuerte crecimiento estadounidense y una Reserva Federal que no muestra señales de ceder en su retórica agresiva.

“Llevamos un tiempo diciendo que se requiere un debilitamiento de los datos de actividad de EEUU para revertir el dólar. Pero debido a las malas perspectivas de inversión en el extranjero, el listón para los malos datos de actividad estadounidense es ahora más alto”, apunta Turner.

Al mismo tiempo, los mayores precios del petróleo, alimentados en las últimas semanas por los recortes de suministro sauditas que mantienen al mercado en déficit, parecen estar jugando a favor de dólar. Los mayores precios del crudo “están generando una nueva brecha entre los ‘ricos’ -EEUU- y los ‘pobres’ -Europa y Asia-“, explica Horner, que destaca que el equipo de materias primas de ING ve un riesgo de que el barril de Brent suba brevemente por encima de los 100 dólares el barril.

Debilidad propia del euro

“Probablemente todos estemos de acuerdo en que la tendencia dominante es un dólar fuerte”, explica el experto. “Sin embargo, dos acontecimientos de esta semana advierten que el euro puede deberse a alguna debilidad independiente”. 

La primera de ellas que destaca el analista del banco holandés es la sugerencia de algunos funcionarios del BCE de que es necesario aumentar, tal vez sustancialmente, las reservas mínimas requeridas (MMR por sus siglas en inglés) para los bancos europeos. “Nuestros especialistas bancarios en investigación consideran que tal medida afectaría la liquidez bancaria en un momento crucial y sin duda pesaría aún más sobre los préstamos bancarios, que ya son débiles”, apunta Horner. “Creemos que una subida del MRR sería claramente negativa para el euro”.

Otro factor de presión sobre la moneda comunitaria es la ampliación del diferencial o prima de riesgo entre el BTP italiano y el bund alemán a 10 años hasta los 200 puntos básicos a medida que el Gobierno de Giorgia Meloni anuncia una política fiscal más flexible. “Esto volverá a poner la cuestión del retorno de los criterios fiscales de Maastricht en el centro de atención a principios del próximo año y será un factor que valdrá la pena evaluar para determinar si esto devuelve una prima de riesgo renovada al euro”.

“No parece haber razón para luchar contra esta tendencia bajista del EUR/USD por el momento”, piensa ING Research, que pronostica que el cruce seguirá desplazándose hacia la zona de 1,0400 – 1,0410 dólares.