El Estado está obligado por ley a deshacerse de su participación en la matriz de Bankia, BFA, que ha sido nacionalizada esta semana, antes de tres años, y lo hará mediante una subasta competitiva, según indicaron hoy fuentes de Economía.
Esta acción supone en la práctica la nacionalización del grupo financiero, dado que el FROB pasará a tener casi el 100% del capital de BFA y a controlar por tanto el 45% de Bankia, que se enfrenta ahora a un proceso de reestructuración.
No obstante, el Estado deberá vender esta participación en un proceso competitivo, similar al que se ha desarrollado en la subasta de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, que ganó el Banco Sabadell, y en el caso de Unnim, que ha caído en
manos del BBVA.
Será, por tanto, un proceso que permitirá a la banca española pujar por una de las grandes entidades del país, la cuarta por volumen de activos pero una de las primeras por actividad hipotecaria.
A partir de ahora, la entidad se enfrenta a un proceso de reestructuración que dirigirá Goirigolzarri, y que podría pasar por operaciones de desinversión y probablemente por la petición de ayudas públicas.
Fuentes de Economía han mostrado su total confianza en el nuevo equipo gestor de Bankia, que deberá tomar las decisiones pertinentes sobre la recomposición de sus "órganos de control y administración, su estructura y su tamaño".
Descartaron que la entidad esté abocada a la "liquidación", pues se trata de una "buena franquicia, y con un tamaño y una red apropiada", aunque reconocieron que tenía "un problema de capital, y falta de tiempo para solucionarlo".