En líneas generales, parece que la economía mundial se fortalece, y los mercados se han tranquilizado en los últimos meses.
Sin embargo, alguna alteración de cualquier tipo puede causar problemas a los inversores,
ya que la sensibilidad del mercado no parece estar correlacionada con la verdadera evolución de la economía.
En EE.UU., las noticias económicas siguen revelando tendencias positivas en su mayor parte, aunque con ritmos desiguales.
En octubre, y de nuevo en noviembre, el índice S&P 500 llegó a máximos históricos. Aunque Europa sigue lidiando con la recesión, cada vez existen más señales de recuperación y se han puesto en marcha iniciativas para hacer crecer la economía y presupuestos para acometer reformas. España ha salido de la recesión después de dos años y Angela Merkel ha sido reelegida, con lo que se consolidan las políticas que han salvaguardado la estabilidad de Alemania pese a las dificultades existentes en toda la región.
En Japón, el Partido Liberal Democrático (coalición gobernante del primer ministro Shinzo Abe) consiguió la victoria en las elecciones nacionales a la cámara alta del parlamento. En nuestra opinión, los últimos datos económicos confirman que las políticas fiscales recientemente implantadas están teniendo efectos positivos,
y que la "Abeconomía" sigue en marcha. Consideramos que el 3,8% de crecimiento anual en el primer semestre del año, muy superior al de otros países del G7, ilustra la mejora del interés en lo que Japón tiene que ofrecer. Como hemos dicho en los últimos meses,
nos sentimos animados por estas tendencias económicas. También seguimos observando un fortalecimiento de los balances empresariales y los beneficios siguen siendo sólidos. A nuestro juicio, la combinación de un entorno económico propicio para el crecimiento y una rentabilidad empresarial sólida ofrece un marco positivo para los accionistas. Esperamos que la volatilidad vuelva al mercado en algún momento futuro, pero seguimos comprometidos con nuestro enfoque de inversión coherente y consideramos que la valoración de la renta variable sigue siendo muy razonable para los inversores a largo plazo.
En nuestra opinión, mientras la economía mundial continúe recuperándose, los accionistas con inversiones en empresas de calidad se verán ampliamente recompensados.