Entre “burbujas” y “optimismos varios” las posturas sobre qué le espera a la renta variable no podían estar más enfrentadas. Hoy martes, dejamos un poco de lado la idea de que lo peor ha pasado y nos acercamos a los planteamientos más bajistas de John Hussman, de Hussman Econometrics Advisors, quien emplea una original metáfora para describir cuál es en su opinión la situación actual del mercado: “No sólo se nos ha escapado el caballo, sino que hemos dejado la puerta del establo cerrada, dejándolo sin la posibilidad de volver a casa”. Así están las cosas para este experto: “Estamos viendo la capitulación de los gestores de inversión desde cada disciplina (técnicos, valoraciones, macro...)”. Las condiciones históricamente sobrevaloradas y sobrecompradas no son nuevas, afirma, “llevan aquí 10 meses y mi impresión es que cada nueva 'prórroga alcista' empeora la recuperación de la inversión que se hace”.

La publicación Investors Intelligence, destaca Hussman, informó la semana pasada de que el porcentaje de asesores bajistas cayó hasta el 14,4% (por debajo de los mínimos de 2000, 2007 y 1987). “Me ahorraré una revisión completa de los elevados niveles de valoración, sobrecompra y demás extremos alcistas que se observan hoy por hoy. Está claro que en lo que llevamos de año estos indicadores 'no han funcionado', incluso los exagerados que aparecieron en febrero o mayo. No tengo en absoluto ninguna duda de que el mercado simplemente ha escalado hasta un punto desde el que caer, pero aprendí en 2000 y 2007 que no hay esperanza de convencer a muchos inversores de este tipo de cosas, a pesar de que estos imprudentes picos especulativos parecen tan obvios después de que colapse la bolsa. Incluso cuando los inversores escuchan, muchas de las lágrimas que habrían derramado tras el selloff se sustituyen por las que deben verter por perderse el avance final”.

Explica Hussman que su enfoque “siempre ha estado centrado en superar al mercado durante sus ciclos completos (es decir, englobando tanto periodos alcistas como bajistas), asumiendo pequeñas pérdidas. En la consecución de dicho objetivo, hemos aceptado aquellos momentos en los que somos incapaces de seguirle la pista a la renta variable. Hasta 2009 es fácil observar el éxito de esta disciplina: durante la década de los 90 fui un alcista 'furioso'; mucho antes del pico de la burbuja de 2000 ya era defensivo (…) lo que me permitió prosperar durante las caídas de 2000-2003; pase a una actitud constructiva en 2003, cuando se afianzó el nuevo mercado alcista; advertí sobre la crisis crediticia que se aproximaba para 2007; y entre dicho año y 2009 navegué la crisis en la que el S&P 500 perdió un 55% de su valor”. Declara tajante este analista haberse sentido “tan a gusto siendo un alcista agresivo antes como bajista soy ahora. Me encanta cambiar de especie (en referencia a los conceptos anglosajones bull para los primeros y bear para los segundos) en cuanto puedo”.

Pero ¿qué “oscurece sus perspectivas y sacude su confianza”? El “elefante en la habitación” que, para Hussman, es que llevamos persiguiendo al mercado desde 2009: “Mi sensación es que muchos inversores están inclinados a ignorar las advertencias objetivas, porque nuestra propia experiencia subjetiva desde 2009 ha sido decepcionante (…) mi mayor preocupación es para los inversores con horizontes relativamente cortos hasta que necesiten su dinero, que no tienen una gran cantidad de años por delante para recuperar sus inversiones”.

Así las cosas, advierte: “Estamos observando extremos de sobrevaloración, sobrecompra y elevado sentimiento alcista que sólo se pueden asociar con los techos que precedieron a las mayores pérdidas del mercado (1929, 1972, 1987, 2000 y 2007). Los especuladores están apalancados a niveles récord, con el margen de deuda del NYSE en máximos el mes pasado. Creo que más de la mitad de las ganancias, quizá todas, que se han hecho desde 2009 capitularán cuando se finalice este ciclo. Los inversores se harán un daño terrible si ignoran las advertencias objetivas de la historia si solo se basan en la experiencia subjetiva a mitad de un ciclo aún no finalizado”, concluye.

Una visión sin duda muy negativa, pero no por ello menos interesante. Muchos considerarán que esta vez es distinta, porque tenemos unos bancos centrales que no paran de inyectar liquidez al mercado (y que no parecen tener “ganas” de dejar de hacerlo), pero lo cierto es que no está de más conocer todos los extremos para navegar lo mejor pertrechados que podamos en las convulsas aguas bursátiles.

En la estricta actualidad de los mercados, las bolsas europeas cotizan a media sesión con pérdidas del 1% de media, que en el caso concreto del Ibex 35 son del 1,09%, hasta los 9.637 puntos. “Ha habido un frenesí en la renta variable del Viejo Continente en los últimos tres meses y ahora estamos consolidando (…) Muchas cosas dependen aún de las incertidumbres en Estados Unidos, como su política fiscal o monetaria (…) la psicología del mercado ha sido demasiado optimista para 2014”, explica Francois Savary, de Reyl &Cie, a Bloomberg.

Sara Carbonell