La realidad es tal dependiendo del cristal desde el que se mire. Multitud de expertos han lanzado campanas al vuelo en lo que transcurre ejercicio a medida que el nivel de consumo ha ido superando las cifras del pasado año. Pero no todos. Cuando se esperaba una estabilización en este punto, los números han defraudado, como suele ocurrir en muchas ocasiones, a las expectativas creadas.

Una ejemplificación de esta afirmación es la última lectura de las ventas minoristas del mes de octubre, en la que se vio una bajada del 0,3%, cuando se estimaba una leve caída del 0,1%. Eso se traduce como el peor dato desde el mes de enero de 2014. Es decir, no hay un repunte acorde con la hora de ruta establecida.


¿Esto es algo negativo? Para realizar medidas sobre el consumo, y poder sacar mayores conclusiones, también es importante fijarse en la confianza del consumidor y en la evolución de los salarios en Estados Unidos. En referencia a lo primero, el índice que elabora conference Board llegó al nivel de 94,5 en la lectura en comparación con las expectativas de 87,0.



Así, la lectura de este mes representa un salto de 5,5 puntos desde la revisada de 89,0 del mes anterior. En un nivel actual de 94,5, la confianza del consumidor se mantiene por encima de su tendencia bajista rota desde los máximos del 2000, y ligeramente por encima de la media histórica de 93,3 que se remonta a 1967.

Para los expertos es algo notablemente positivo y a analizar con optimismo puesto que no se veía en esta situación desde octubre de 2007. De hecho, desde el otro lado del charco nos dicen que la tendencia alcista en la que se encuentra ya cobra fuerza por la circunstancia ya indicada de que ha roto su nivel medio.

Sin embargo, mientras que la confianza general de los consumidores está de nuevo por encima de su promedio histórico, el nivel salarial de los estadounidenses es bastante desigual. O lo que es lo mismo, hay una brecha entre el repunte entre estas dos variables, en comparación con la evolución que han ido desempeñando a lo largo de la historia.



La remuneración de los ciudadanos norteamericanos generalmente ha ido de la mano del incremento de la confianza del consumir. No así ahora. En el gráfico actual se observa que la distancia entre estos dos índices se ha abierto de manera considerable, lo cual explica que el consumo no haya alcanzado las cifras que esperaba el consenso.

Asimismo, también hay que observar el crecimiento de la confianza del consumidor en las rentas medias. En este sentido, Be Spoke Investment publicó un gráfico en el que se veía esta evolución en los últimos años.



De esta forma la lectura actual se encuentra en 30,8. Ahora la distancia esta medio punto por debajo del récord histórico de 31,17 alcanzado en junio. Lo que se debería esperar es que, a medida que la recuperación económica va ganando enteros, todas las variables van alcanzando estabilidad. Por el contrario, los estadounidenses siguen teniendo ingresos bajos y la confianza del consumidor ha estado bajo presión.

Para que se entienda de un modo llano, además de centrarnos en el análisis de la prensa de Estados Unidos, la diferencia entre la riqueza y la pobreza es cada vez mayor. Eso es precisamente lo que ha impactado en la confianza del consumidor. Por esa razón el consumo aún no escala lo que se espera y la Fed sigue preocupada porque la inflación no alcanza el 2% a largo plazo. Habrá que seguir pendiente de este síntoma en los próximos meses.