Si echamos la vista atrás, la sociedad ha estado siempre en constante evolución. Ahora, en un planeta superpoblado, con el cambio climático muy presente y con la irrupción de la digitalización en todos los ámbitos, la sociedad tiene un gran reto por delante: construir un futuro apoyado en un crecimiento sostenible. Todo ello, teniendo en cuenta que la sostenibilidad implica satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las próximas generaciones de satisfacer las suyas; a la vez que se garantiza el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social.
Un crecimiento sostenible que sigue las pautas reflejadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y que depende, ya no solo de la sociedad en general, sino de todas las industrias y agentes presentes en el progreso. Uno de esos sectores, y que además ha sido -y es- considerado fundamental para el desarrollo y evolución de las civilizaciones, es la agricultura. En España, sin ir más lejos, constituía la base de nuestra economía hasta la segunda mitad del siglo XX, pero la mecanización agrícola y el crecimiento de otros campos provocaron una reducción significativa de empleo en este ámbito. Según el último censo agrario del INE (Instituto Nacional de Estadística), el número de explotaciones agrícolas en 2020 fue de 914.871, un 7,6% menos que en el censo de 2009.
Una realidad de la que están pendientes gobiernos, instituciones y entidades que buscan, a través de distintas acciones, revertir o mejorar la situación. Una muestra de ello es la última alianza de Banco Santander con Atitlan para crear ‘Atgro’, una plataforma de inversión global dedicada al desarrollo de proyectos agrícolas. Una plataforma que, precisamente, quiere promover iniciativas medioambientales.
‘Atgro’ comienza su camino con una aportación de 200 millones de euros, por parte de la entidad financiera, y con otros 50 millones por parte de Atitlan. Pero no será la única inversión con la que cuente esta plataforma, pues estará abierta a inversores institucionales y profesionales, dado el gran interés existente por este tipo de activos de alto impacto económico y social.
Atgro y el modelo de producción sostenible
‘Atgro’ tiene previsto desarrollar una cartera amplia de cultivos, que van desde los frutos secos hasta lo que se considera ‘superfrutas’, y que está diversificada por Europa, América, África y Asia. Esta plataforma no empieza de cero, pues ya cuenta con inversiones productivas que Atitlan ya tenía en pistachos -3.000 hectáreas-. Además de esto, acaba de completar su primera transacción con Ecosac, el segundo exportador de uvas de Perú, que supone la entrada como socio mayoritario, con un volumen de negocio en torno a 200 millones de dólares. Adicionalmente, su crecimiento pivotará en torno al desarrollo de nuevos cultivos y a adquisiciones de activos en producción
Para un proyecto de esta envergadura e importancia, Atitlan ha puesto al frente su filial Elaia, encargada, precisamente, de los inversores en el sector agrícola. Esta será la encargada de gestionar los distintos proyectos que se sumen a la plataforma. Por su parte, Banco Santander aportará su amplio conocimiento local en diferentes geografías, así como su fuerza comercial en este sector.
Contar con Elaia en este acuerdo no es mera casualidad, ya que, desde su primer proyecto de olivar en 2007, esta filial ha expandido sus cultivos más allá de esta fruta cítrica como son la almendra, clementina, limón, pomelo, aguacate y pistacho. Una expansión que ha tenido lugar en territorios de España, Portugal y Marruecos. Esta acción ha llevado a esta filial de Atitlan a ser un referente y gestión de procesos agronómicos, con más de 20.000 hectáreas transformadas.
Banco Santander y su compromiso con el progreso
Esta alianza entre Banco Santander y Atitlan refleja su apuesta a largo plazo por el sector agroalimentario, en pleno proceso de transformación y donde nuevos retos como el cambio climático, la demografía o la evolución de los hábitos de consumo, están impulsando el cambio hacia un modelo de producción más escalable y sostenible.
Banco Santander lleva años apoyando al sector agro, a través de sus más de 1.000 oficinas especializadas, y sigue trabajando en soluciones con las que respaldar una de las industrias que más influye económicamente en España, ayudándoles a hacer frente a los principales retos del futuro como el respaldo a las pymes, garantizar una mayor tranquilidad a sus empresarios y fomentar la sostenibilidad y la digitalización.