Uno de los temas que nos tiene pendientes estos días es el coronavirus, que se originó en China y que ha acabado con la vida de 2.000 personas, además de miles de afectados en todo el mundo. Gobiernos, empresas, mercados y ciudadanos están pendientes de su propagación. ¿Cómo está afectando ya a la economía global?
Se han detectado unos 76.000 casos hasta el momento en 29 países, y aproximadamente 2.000 muertos que siguen creciendo según pasan las horas. Esto está afectando tremendamente porque hay una interrupción de la cadena de suministros, debido a la cantidad de mercancía y contenedores que se han quedado varados en los puertos, no solamente de China, sino también de los demás países asiáticos, donde el coronavirus está bastante expandido.
¿Qué sectores y empresas son los más afectados en estos momentos?
En realidad, creo que casi todos los sectores están afectados. Comenzando por el sector transporte, porque nadie puede salir ni entrar de China para evitar que se expanda el virus. El sector de textil también, donde tenemos casi 4.000 contenedores que están en los puertos sin poder salir.
También el sector turismo, incluso el sector deporte. Leí una noticia donde se hablaba de que, si el coronavirus continúa, las olimpiadas de Tokio no se realizarán allí, sino en Londres, cambiando de lugar para evitar cualquier tipo de contagio.
Las industrias químicas, la electrónica, las exportaciones desde China están totalmente paralizadas. Afecta a toda la cadena de distribución.
No es una cuestión médica o de salud solamente, afecta a la economía global. De acuerdo a lo que vaya a durar, afectará más o menos a la economía.
Los gobiernos se muestran preocupados. En Estados Unidos, Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal, está preocupado por cómo puede afectar a la economía, y ha dicho que en principio no van a cambiar la política monetaria del país.
Efectivamente. No se va a cambiar la política monetaria, pero se prevé una disminución de, por lo menos, medio punto porcentual en el primer trimestre en relación al último trimestre del año pasado. Esto, definitivamente, supone una contracción.
El año pasado hablábamos de que este año iba a ser muy positivo. Nadie se imaginó que aparecería un virus de esta naturaleza, que no solo está matando personas, sino que está matando la economía global.
También están nerviosos los inversores. Los mercados cada día se dejan enteros, van a rojo, dependiendo de las cifras de muertos y contagiados. ¿Cómo ves esa situación? ¿Crees que afectará a Wall Street o a otros mercados europeos a largo plazo?
Creo que afecta ligeramente. En ese sentido, no es tan profundo porque depende de la industria, del tipo de acciones y de lo que se puede comercializar en la bolsa.
Hay que recordar que se trata de una época en la que muchas empresas tienden a cerrar porque se declaran en quiebra o se venden a grupos mucho más poderosos. Es el caso de Victoria’s Secret, que ha vendido el 55% de sus acciones a un grupo muy fuerte, Sycamore. La compañía va a seguir funcionando, pero cambia de manos, y su política de ventas va a ser completamente distinta.
Por ello, no podemos atribuir todo esto que está sucediendo al coronavirus. Son dos consecuencias que van paralelas: una es por el virus, y la otra es por la época del año, en que muchas empresas han tomado decisiones de seguir adelante o trasladar sus acciones a otros grupos más poderosos.
¿Está afectando ya de alguna manera este coronavirus a los bolsillos de los ciudadanos?
Creo que sí, porque, desde el momento en que la cadena de suministros se ve interrumpida, vemos que hay escasez de ciertos productos. Pero los consumidores tienden a comprar lo que pueden encontrar, lo que está disponible en el mercado. Los que se ven más afectados no son necesariamente los consumidores, sino los importadores y distribuidores, que siguen esperando su mercancía. Están totalmente paralizados, no pueden recibir dinero ni pueden darle vuelta a ese dinero que esperaban recibir para pagar otras cosas.
¿Subirán los precios de los productos para nosotros si hay escasez?
Tras la fase 1 de los acuerdos con China los aranceles bajarían en un 50% pero, mientras no se tenga esa mercancía que sigue parada en los puertos, no podremos ver ese resultado.
Los precios creo que no van a subir. Pueden mantenerse estables, pueden experimentar subidas muy ligeras, pero nada significativo, porque eso dañaría mucho más la economía del país, los bolsillos del consumidor, los distribuidores, los que tienen mercancía por vender, que no querrían que los precios fueran mayores para poder recuperar todo lo perdido. Hay que tener mucha cautela y no jugar con los números para tratar de evitar un desastre mayor.
Respecto al acuerdo entre China y Estados Unidos, con todo lo que está pasando, parece que las previsiones de crecimiento para China se reducen para este año. ¿Crees que China va a mantener ese acuerdo?
Pienso que sí porque, de alguna manera, se ven presionados. China no querría perder más dinero del que ya está perdiendo, primero por las consecuencias del virus, y segundo porque el interés de ellos es seguir fabricando y creciendo su producto interno bruto, y para ello, obviamente, los demás países tienen que comprarles.
Si bien su pretensión es llegar a unos 200.000 millones de dólares, que superarían la cantidad a la que Estados Unidos llegó en 2017, ello supondría un 70% más que lo que se comercializaba en 2017. Tal vez la fase 1, que comenzó el 14 de febrero, no se cumpla en el periodo planificado debido al virus.
¿Crees que esas negociaciones previstas para la fase 2 del acuerdo comercial también se retrasarán?
Esperemos que no, peor hay que tener en cuenta que, si bien China está tratando de bajar los aranceles al máximo para poder captar un mayor número de transacciones comerciales con Estados Unidos, el país americano todavía retiene unos 250.000 millones de dólares con aranceles al 25%, que no ha dicho cuando se liberarán o cuándo los bajarán. Eso es una presión para que China pueda comprar más. Pero esperemos que el gobierno estadounidense pueda estudiar este caso de que, en este momento, es crucial para China, que tal vez no pueda cumplir, y sobre todo porque su economía se va a ver afectada al no poder exportar las cantidades que habían planeado.
Su economía, definitivamente, se va a encoger. La economía norteamericana no sufrirá tanto. No contradice lo que hemos hablado hace unos instantes, porque Estados Unidos puede proveerse de otros países, aunque los precios puedan subir ligeramente. Sin embargo, teniendo en cuenta de que con esos países existen acuerdos comerciales con cero aranceles, entonces hay un balance entre los precios ligeramente más altos y cero aranceles. Pero, a la vez, no se puede dejar que China se vaya muriendo en el tiempo por el problema del coronavirus y por atrasar el cumplimiento del acuerdo.