Tras intensas negociaciones, el Congreso de los Diputados ha logrado incluir un impuesto a la banca en la reforma fiscal acordada por el PSOE y Sumar con Junts en la Comisión de Hacienda. Esta medida se sumará a la votación final de la ley del impuesto mínimo global a las empresas multinacionales, que ha resultado favorable para el Gobierno con 178 votos a favor y 171 en contra, poco después de las cinco de la tarde. 

Este impuesto ya se intentó meter el pasado lunes en la larga Comisión de Hacienda que se prolongó durante más de siete horas, pero entonces no salió adelante por la abstención de ERC y de Bildu. Esta vez sí se ha aprobado tras el acuerdo con los independentistas prometiendo que en 2025 habrá un impuesto a las energéticas. El gravamen se aplicará a entidades financieras cuyo margen de intereses y comisiones supere los 5.000 millones de euros, con un tipo del 7%.

Escala de gravamen:

  • 1% hasta los 750 millones
  • 3,5% hasta los 1.500 millones
  • 4,8% hasta los 3.000 millones
  • 6% hasta los 5.000 millones
  • 7% para montos superiores a 5.000 millones

La recaudación obtenida se distribuirá entre las comunidades autónomas de régimen común en función de su Producto Interior Bruto (PIB), siguiendo un acuerdo de financiación autonómica previo. Este importe estará disponible anualmente para las autonomías mediante operaciones de tesorería en el ejercicio siguiente al de la recaudación del impuesto.

Otras enmiendas

Se ha aprobado una enmienda para garantizar que las personas con incapacidad permanente absoluta o gran invalidez no pierdan su pensión si intentan acceder a un empleo y posteriormente no pueden continuar con el mismo.

Sin embargo, el intento de aumentar la fiscalidad al diésel por parte del PSOE no prosperó debido al voto en contra de Podemos, PP, Vox y UPN. Tampoco se logró avanzar en la regulación de las socimis a través de una enmienda socialista.