Toyota Motor, General Motors, Nissan, Daimler, Renault y BMW reducirán su producción por la falta de semiconductores, bautizada apocalípticamente como 'chipageddon' en los medios anglosajones.
Toyota reducirá su producción en un 40%. Renault fabricará 500.000 coches menos de lo que había previsto para 2021. Mientras tanto, las fábricas de Honda en Japón funcionado al 40% de su capacidad en agosto y septiembre debido a la escasez de componentes.
Estos recortes también afectan a la industria del automóvil en España, segundo productor europeo con casi 2,27 millones de vehículos fabricados en 2020. En septiembre se produjeron 178.055 unidades, un 32,2% menos que en septiembre de 2020, según la asociación Anfac.
La caída de la producción se ha traducido en recortes de empleo. La fabricación de vehículos de motor empleó a 235.800 personas en julio-septiembre, un 5,5% menos que los 249.500 trabajadores de enero-marzo.
La planta de Ford en Almussafes fabricará este año un 60% menos de vehículos respecto a 2019, lo que supondrá el despido de unos 1.000 trabajadores. La compañía también ha anunciado que no habrá turno de noche en sus instalaciones de fabricación de vehículos a partir de enero de 2022.
Por su parte, la fábrica de Stellantis en Figueruelas (Aragón) ha eliminado 303 turnos de trabajo y ha reducido su producción en más de 113.000 unidades entre enero y noviembre. Stellantis es el grupo que comercializa marcas como Peugeot, Citroën, Opel, Fiat y Lancia, entre otras.
Y Seat estima que en 2021 se fabricarán 100.000 unidades menos que en 2020. Ante la escasez de microchips, la compañía ha puesto en marcha un ERTE hasta junio de 2022.
El ambiente de aparente negatividad por la escasez de semiconductores no ha provocado caídas en las cotizaciones de las empresas de automoción. Al contrario, las grandes del sector han registrado un importante repunte este año tras un duro 2020 por la pandemia.
En el último año, las acciones de Daimler acumulan una subida del 70%. Desde noviembre de 2020, Toyota sube un 30%, BMW un 32%, Stellantis un 56% y General Motors un 52%.
En definitiva, los recortes de producción que están haciendo por el 'chipagedón' están en línea con el objetivo de las empresas de reducir sus costes de fabricación a largo plazo en un intento de maximizar su beneficio.
BMW espera reducir el coste de producción por vehículo en 2025 comparado con 2019, según dijo Milan Nedeljkovic, miembro de la junta de la compañía, al periódico alemán Handelsblatt en junio.
Lo mismo ocurre con Mercedes-Benz, la marca de Daimler. Esperan reducir los costes fijos más de un 20% para 2025, dijo Ola Kellenius, el CEO del fabricante alemán, en octubre de 2020.
Y, mientras aprovechan para incrementar su eficiencia vía recortes, los concesionarios van liquidando el stock en los concesionarios para volver a llenarlo más tarde con nuevos lanzamientos que sean más rentables. Hay hasta seis meses de espera para comprar un coche.
Mientras tanto, los fabricantes planean incrementar sus presupuestos de innovación y desarrollo para vehículos eléctricos (VE) y baterías. Las automovilísticas planean invertir 515.000 millones de dólares en VEs hasta 2030, casi el doble que los 300.00 millones que en 2018 esperaban invertir en ese segmento durante el mismo periodo de tiempo, de acuerdo con un análisis de Reuters.
Conclusión. La crisis de los chips ha supuesto una oportunidad para dar un ajuste a los costes, mientras se liquidan stocks y se invierte en el desarrollo de nuevos vehículos eléctricos.