La semana pasada les advertíamos de tres gráficos a tener en cuenta para anticiparnos a la caída de la renta variable, sin embargo, estamos en un punto en que el incremento en la rentabilidad del bono a diez años estadounidense empieza a ser competencia de la renta variable. Esto es lo que hay detrás de las tres jornadas de caídas que acumula la renta variable americana y, por ende, la Europa.
Ramón Bermejo, profesor de fundamentos de finanzas de la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid) y responsable del Servicio de Trading Profesional reconoce con rotundidad que la caída de la renta variable se ha debido a la subida de la rentabilidad del bono a diez años estadounidense, que actualmente cotiza en el 3,23%.
Un bono que afecta al modelo de valoración las acciones – donde se descuentan flujos de caja futuros y, al estar el tipo de interés en el denominador, cuanto más grande es, menor es el resultado del cociente - y compite directamente con los dividendos. De hecho, si compramos una acción de una compañía que nos ofrece un dividendo del 3,23% hay diferencias sustanciales:
- A pesar de ser una buena compañía, asumimos el riesgo de que la empresa quiebre y podamos perder el dinero.
- Hay otro producto que nos ofrece la misma rentabilidad y que, teóricamente, no hará default.
- Compite la rentabilidad del bono y el dividendo de las compañías pero, además, cuando compras acciones estás sujeto a los vaivenes en el precio de la acción.
Tal y como dice Bermejo, este es el motivo por el que lleva cayendo la bolsa americana en las tres últimas jornadas. Por el incremento de rentabilidad del bono a diez años y la consiguiente caída del mismo. Un bono que cae en precio por la fortaleza que está mostrando la economía americana pues, “los tenedores de bonos, creen que como consecuencia de este crecimiento la subida de tipos será a un ritmo incluso más elevado del que ahora mismo cree el mercado y podrán comprar estos bonos más baratos en el futuro, es decir, que en un tiempo, tendremos bonos con una TIR más alta y más baratos en precio”.
Adicionalmente a esto, dice este experto, hay otro elemento de preocupación es la curva de tipos de interés, que actualmente tiene un estrechamiento. Como inversores en renta variable lo que más preocupa es que la fase de expansión finalice y esto ocurrirá cuando la rentabilidad del bono a dos años se sitúe por encima de la rentabilidad del 10 años, es decir, cuando se invierta la curva.
Este experto observa que ahora mismo la curva no está en esta situación pero, si lo hace, en el pasado se ha entrado en recesión. La última es la que fue del 31 de diciembre de 2007 a 30 de junio de 2009. También ocurrió en febrero de 2000, el 2 años superó el 6,525% cuando el 10 años tení una TIR del 6,40%. El efecto no es inmediato, como se aprecia en el gráfico, puede tardar meses o incluso años pero, una vez se produce, hay que extremar la cautela.
Ahora, ni desde el punto de vista macro ni desde la curva de tipos podemos estar en un agotamiento de la fase de expansión.