Sin sorpresas: el Banco de Inglaterra ha votado a favor de dejar los tipos de interés sin cambios, en el 0,75%, tal y como lo han decidido los nueve consejeros de la entidad. Una decisión unánime que también se ha trasladado al plan de recompra de deuda, que de momento quedará congelado.
El organismo británico ha revisado al alza sus estimaciones de crecimiento de Reino Unido para 2019, a pesar la incertidumbre que está generando la prórroga del Brexit y de los temores globales a una desacelación.
Para el primer trimestre de 2019 ha elevado su previsión de crecimiento desde el 0,2% estimado en febrero hasta el 0,5%. En el segundo trimestre la tasa volvería al 0,2%, si bien al cierre de 2019 la economía de Reino Unido crecería un 1,5%, tres décimas más de lo estimado en febrero.
Para 2020 sigue le optimismo del banco central, ejercicio en el que pronostica un repunte del 1,6% para alcanzar el 2,1% en 2021, dos décimas por encima de sus anteriores estimaciones. El propio Banco de Inglaterra reconoce que la economía británica presenta una senda de crecimiento "ligeramente superior a lo previsto con anterioridad".
Las advertencias sobre las presiones inflacionistas, con los costes salarios afianzados con crecimientos superiores al 3%, llevan al Banco de Inglaterra a reiterar que una subida de tipos podría ser necesaria para contener la inflación.