Se trata de la primera vez en más de siete años en que la institución dirigida por el gobernador Mark Carney rebaja los tipos de interés y lo ha hecho después de que la incertidumbre que rodea la salida de la Unión Europea del Reino Unido haya puesto la economía de la isla sobre las cuerdas. Como consecuencia, los miembros del Banco de Inglaterra han realizado el mayor empeoramiento de la historia de la institución de las previsiones económicas.  Quizá por eso el voto para rebajar los tipos ha sido unánime. 

Pero las medidas han ido más allá. Además de la rebaja del precio del dinero, el BoE ha puesto en marcha un paquete de medidas diseñado para frenar la desaceleración económica. Por cierto, en ningún momento del discurso o del comunicado de Carney se ha hablado de recesión. 

Anthony Doyle, director de inversiones del área de renta fija minorista de M&G Investments, explica que “el recorte de tipos realizado hoy por el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (MPC) no ha sorprendido al mercado, que ya descontaba un 100% de probabilidades de que se llevara a cabo una rebaja de tipos hasta el 0,25%. Actualmente, los tipos del BoE se encuentran en mínimos históricos de los últimos 322 años”.

Entre las medidas que se han apuntado se encuentra una extensión del programa de inyección de liquidez a los bancos en un montante que llega a los 100.000 millones de libras en un intento de que el dinero llegue a la economía real, a los hogares y empresas.

Más QE
El brexit también ha obligado a la institución a anunciar compras de bonos corporativos de empresas británicas por un importe de 10.000 millones de libras en un plazo de un año y medio. Una medida que ya han tomado tanto el Banco de Japón como el Banco Central Europeo. En la rueda de prensa se ha sabido que este dinero era destinado a adquirir bonos de unas 150 compañías con grado de inversión -al menos por una agencia de calificación crediticia-. Para que entren en el programa tendrán que ser títulos emitidos al menos hace dos meses, es decir, ya en circulación y en el mercado secundario. 

Daniel Vernazza, economista jefe de UniCredit en Londres explica que “la medida de compra de bonos también será bienvenida por el mercado porque funciona como mecanismo transmisor y ayudará a la evolución de la inversión (las encuestas sugieren que la inversión de las empresas ha sido muy afectada por el resultado del referendum”. 

Como se esperaba también aumentarán el programa de compras de bonos del gobierno en 60.000 millones de libras en los próximos seis meses, lo que eleva el programa de compras hasta 435.000 millones de libras desde los 375.000 millones actuales.

En opinión de Doyle, “lo que sí ha sorprendido es la envergadura del paquete de estímulos, que podría ampliar el balance del Banco en 170.000 millones de libras, incluidas compras de deuda corporativa por valor de 10.000 millones”.   Para este experto “a pesar de las acciones anunciadas en el día de hoy, aún está por ver si bastarán para impulsar la confianza de empresas y consumidores en todo el país, en vista de la incertidumbre continuada que se cierne sobre la relación del Reino Unido con la Unión Europea”.



Hachazo a las previsiones económicas

La decisión se toma después de que los miembros del Banco de Inglaterra hayan empeorado sus previsiones económicas tras el brexit. Así, consideran que el PIB del país crecerá el año que viene un 0,8%, frente al 2,3% que estimaban con anterioridad al referéndum. Para 2018 esperan que el PIB se expanda un 1,8% desde el 2,3% anterior.



Este empeoramiento se produce porque en la institución esperan una caída del consumo y de la inversión de las empresas. Para la segunda parte de este año prevén un ligero crecimiento que dejaría el PIB sin cambios.

Según Vernazza, “definitivamente, el BoE ha actuado de forma precavida, de forma preventiva y decisivamente y creo que han hecho bien en hacerlo debido al period de incertidumbre que tenemos por delante”.

Durante la rueda de prensa, Marc Carney ha dicho que todas las  medidas adoptadas  pueden ser ampliadas si es necesario. De hecho, las previsiones de los miembros del Banco Central estiman que podría producirse un nuevo recorte de tipos para finales de este año.

Según Michael Hewson, director de análisis de CMC Markets UK “el problema con las previsiones es que suelen ser muy líquidas y en palabras de Warren Buffett ‘las estimaciones pueden decirte mucho sobre el analista, pero poco sobre el futuro’ y dado el historial del Banco de Inglaterra, no hay razones para pensar que estas previsiones vayan a ser más exactas que las anteriores”. 

Inflación
El Banco Central considera que la debilidad de la libra va a provocar un aumento de los costes para el país  y, sobre todo, para los importadores. De hecho, espera que el Reino Unido alcance el objetivo de una inflación en el 2% para finales del próximo año. Antes del referéndum no lo esperaban hasta mediados de 2018.



Según Lucy O´Carroll, economista jefa de Aberdeen Asset Management,  “el banco realmente necesitaba anunciar este tipo de medidas. Pero más por el bien de su propia reputación, que por los beneficios económicos que supongan.  Todos habíamos sido aleccionados para esperar algo este mes tras la inacción del mes de julio. Lo que realmente importa es si el Gobierno aprobará medidas de estímulo fiscal en otoño. La política monetaria ya no puede hacer mucho más por si sola”.

En realidad son muchos los expertos que dudan que estas medidas vayan a tener un gran impacto en la economía. El director de análisis de CMC Markets UK dudan de su repercusión porque  “como Mark Carney explica la disponibilidad de crédito no es un problema, sino la demanda y con los tipos de interés en mínimos antes de las mendidas de hoy, por qué nadie tiene que pensar que los negocios vayan a pedir más dinero ahora que hace una semana”, alerta. 

¿Cuál será el impacto sobre los mercados? Nick Langley, co-consejero delegado y co-director de inversiones en RAE Infrastructure, explica que “queda por ver si esta intervención es suficiente para reavivar la anémica economía del Reino Unido, pero, para los inversores, esto se traduce en que será más complicado lograr rentas periódicas. Ante la rentabilidad casi nula que arrojan los activos líquidos, este último recorte hará que los tipos de la deuda pública caigan aún más. En este contexto, las clases de activos como las firmas de infraestructuras cotizadas pueden ofrecer mayores rentabilidad, algo difícil de encontrar en otros activos, con la ventaja añadida de que brindan protección frente al probable repunte de la inflación”.

Por el momento, los mercados europeos han reaccionado con ligeras subidas. Y como era de esperar, la libra ya cae más de un 1% frente al euro tras el anuncio.



Tal y como puede verse en el gráfico, las decisiones tomadas hoy por el BoE ha provocado caídas en todos los tramos de los bonos soberanos del país (GILTS)