El sector energético nos gusta, pero hay que saber elegir dónde. Las energías nos están dando juego, sobre todo en EEUU y en empresas relacionadas con el shale gas porque es una industria nueva, tiene que nutrirse de nuevas empresas, equipos, innovación… y nos gusta esta idea. En este sentido, hay un fondo que estamos recomendando, el JPM America Equity que tiene posiciones en este tipo de compañías.
En Europa podríamos jugar la baza de las energías en las tecnologías que están surgiendo para las nuevas energías, aunque ésta sería una apuesta más arriesgada y a más largo plazo que la de EEUU. Para jugar esta estrategia elegiríamos el fondo Cygnus Value, que se centra en el sector energético relacionado con nuevas tecnologías y en empresas que podrían revalorizarse gracias a los nuevos productos.
En los
bonos convertibles hay dos tipos, los que tienen fijada la fecha de conversión en cuanto a precio y es de obligado cumplimiento, por lo que hay que convertir sí o sí, o los que no. En estos últimos, en el momento de conversión hay que ver las expectativas de la acción –de la renta variable-. Si las expectativas de revalorización del subyacente son buenas, en este caso, de la acción, son mayores que el cupón que nos está dando el bono, convertiremos. Si por el contrario, la acción no parece que nos vaya a dar tanto rendimiento como el cupón del bono, no ejerceremos la opción de conversión hasta otra ventana de conversión o hasta vencimiento.
Dicho esto, es mucho más complicado para un inversor retail invertir en un bono convertible directamente que a través de un fondo. Además, a través de un fondo también nos podemos beneficiar de convertibles que se ofrecen solo a inversores institucionales y el gestor es el que decide cuál es el momento ideal de conversión.
En los últimos datos de flujo de capitales de EEUU destaca que han entrado más capitales en
ETFs que en fondos de inversión. Una lectura que se puede hacer de esto es que Wall Street ha corrido demasiado y que se piensa que las oportunidades son menores y, por ello, se suscriben ETFs, que son un instrumento de gestión pasiva y siguen al índice en todo momento.
Las
materias primas están muy ligadas al crecimiento mundial. Por ello, el cobre está bajando mucho, porque la demanda china está bajando por la ralentización de su economía. Además, el cobre en China se usa como garantía de créditos, es decir, muchas empresas tiene cobre para garantizar esos préstamos. En el sentido en que el precio del cobre baje, las garantías de esos créditos se irán reduciendo, por lo que las empresas comprarán menos.
Si la crisis ucraniana empeorara, cosa que no creemos, el oro podría experimentar subidas.
En este escenario, los ETFs y fondos de inversión de materias primas no nos parecen una buena oportunidad de inversión, a menos que sea algo residual en una cartera para diversificar.