Es decir, su capacidad para capturar parte de las subidas del mercado de renta variable, al mismo tiempo que amortiguan las caídas en los períodos bajistas gracias al suelo de su componente de bono.
Teniendo en cuenta estas características, esperamos que este año aumente el apetito por este tipo de bonos, sobre todo, por parte de los inversores en renta variable y de expertos en asignación de activos que buscan reducir la volatilidad de sus carteras. El mercado de nuevas emisiones está muy activo, sobre todo en Estados Unidos donde la ampliación de los diferenciales de los bonos high yield y el aumento de los tipos de interés alentará a las compañías a emitir bonos convertibles para reducir sus costes de financiación.
Si esta es la realidad en Estados Unidos, por su parte Europa disfruta de sólidos fundamentales. Se están acometiendo reformas estructurales, el crecimiento se está recuperando poco a poco y el BCE mantendrá su política monetaria acomodaticia.
Por sectores, somos positivos con el sector de telecomunicaciones europeo que está afrontando un proceso de consolidación. Dentro de él, nos gustan nombres como Telecom Italia, Vodafone, Iliad y KPN. Por su parte, el sector inmobiliario europeo proporciona exposición cíclica a la zona euro dado que se trata de un sector en el que es posible encontrar un amplio abanico de convertibles. Además, estará bien posicionado para incrementar su rentabilidad en cuanto los tipos de interés empiecen a subir.