En un conflicto bélico se sabe cómo se entra, pero no como se sale. La guerra híbrida que vivimos, donde la respuesta de Occidente a través de sanciones de índole económico más que de carácter militar, va a tener importantes consecuencias en el escenario global. Muchas de estas medidas tendrán un efecto búmeran y acabarán también repercutiendo negativamente en Occidente, y más especialmente en Europa.
La condena internacional al ataque a Ucrania por parte de Rusia se ha traducido principalmente en una auténtica guerra económica a través de las sanciones económicas: prohibiciones de exportación a Rusia, restricciones para empresas rusas para operar en el extranjero, limitaciones a la capacidad de financiación, exclusión de parte de su sector financiero del Swift, y la expulsión del espacio aéreo europeo para las aerolíneas rusas, son las principales a nivel económico. Estas medidas han ido aumentando según perdura el conflicto, y en pocos días Visa, Mastercard y American Express restringirán las operaciones a los ciudadanos rusos. Pero no solo a nivel económico, también el sector científico está estableciendo medidas de aislamiento.
En España el ministerio de Ciencia revisará las colaboraciones científicas que puedan existir entre España y Rusia, además de que algunas de las principales organizaciones científicas españolas proponen congelar de forma inmediata las cooperaciones que puedan existir entre ambos países. Promoviendo a su vez los proyectos de investigación bilaterales con la comunidad científica ucraniana y ofrecer programas de acogida a los investigadores que se vean forzados a abandonar su país.
Las consecuencias llegan hasta el Espacio. La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de emitir un comunicado por el que señala su rechazo a las actuaciones del Gobierno de Putin y afirma que las sanciones hacen «muy poco probable» un lanzamiento en 2022 de la misión Exomars. El objetivo de dicho proyecto es llevar a Marte al rover Rosalind Franklin, el primero ideado por Europa en conjunto con la agencia espacial rusa, Roscosmos. En el contexto actual, no solo gobiernos e instituciones públicas actúan, también se toman medidas por parte del sector privado. Es el caso de Google Maps, la cual recibió mensajes de ayuda por parte de usuarios de Ucrania, a través de su plataforma para indicar que se estaba usando para fines bélicos. Tras estas peticiones, Google está eliminando las etiquetas, además de retirar contenido nuevo como fotos e información comercial. De igual forma la actualización de tráfico y todo tipo de contenido reciente se suspende por precaución. Y recientemente, el multimillonario Elon Musk de Tesla aseguró que activaría Starlink para brindar internet satelital gratuito de SpaceX a Ucrania. Todas estas respuestas son un modelo para todos, donde el lema de “Haz lo que puedas para ayudar” es un buen lema en tiempo de crisis, y en el que todos deberíamos pensar.