La obesidad seguirá aumentando en los próximos años hasta alcanzar al 37% de la población española en 2035, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a pesar de contar cada vez con más fármacos y tratamientos específicos para combatirla, por lo que es preciso plantear el tratamiento de la obesidad desde un abordaje multidisciplinar, según ha indicado Lourdes de la Bastida, nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba.
Lourdes de la Bastida ha explicado que el incremento progresivo de la obesidad “nos debe hacer pensar si los tratamientos que suelen realizarse son los más efectivos o quizás deberían cambiarse. Lo más adecuado sería plantear un tratamiento contando con diferentes especialidades como endocrinología, psiquiatría, psicología, nutrición e incluyendo la actividad física como una parte fundamental”.
En este sentido, ha señalado que habitualmente se considera una evolución positiva cuando el peso va disminuyendo, “olvidándose otros aspectos como mantener unos hábitos de alimentación saludables siguiendo una dieta mediterránea, realizar actividad física, y cuidar el estado emocional y la calidad del sueño”.
Lourdes de la Bastida ha afirmado que, al realizar una dieta para perder peso, hay que tener especial cuidado porque puede ocasionar “un peligro debido a la ingesta deficitaria de ciertos nutrientes, pudiendo producir trastornos metabólicos, gastrointestinales, insomnio, ansiedad, irritabilidad y distorsión de la imagen corporal”. Además, cuando la dieta no cubre las necesidades de la persona, se pueden producir déficits nutricionales empeorando el sistema inmunitario, ya que al no aportar suficientes nutrientes (fibra, proteínas, vitaminas y minerales) con la alimentación, puede aumentar el riesgo de infecciones y con un peor pronóstico.
Después de las fiestas navideñas, con más comidas fuera de los horarios habituales y más copiosas, puede ser “un buen momento para organizarnos y establecer objetivos para encontrarnos mejor. Si el objetivo es bajar de peso, no hay que estar constantemente pesándose, es mejor tener buenos hábitos de alimentación”. Por ejemplo, pueden plantearse acciones como comer más despacio, introducir fruta como postre, o beber más agua durante el día, y recordar que la disminución de peso será una consecuencia de llevar un estilo de vida más saludable y ajustado a las necesidades de cada persona.
Por último, Lourdes de la Bastida ha insistido en que la alimentación es uno de los factores fundamentales que van a influir en la pérdida de peso, pero “no debemos olvidar la realización de actividad física y evitar el sedentarismo”. Es importante cambiar el estilo de vida, mejorar la calidad del sueño, gestionar correctamente el estrés, y comer de manera saludable y apetecible para conseguir unos hábitos que se mantengan en el tiempo y nos ayuden a mejorar la salud.